El ex presidenciable del PRO Marco Enríquez-Ominami.
Macarena Pérez, El Mercurio.SANTIAGO.- El pasado lunes la Presidenta, Michelle Bachelet, anunció su decisión de objetar la competencia de la corte de La Haya en la demanda marítima boliviana en contra de Chile. La determinación implica impugnar al tribunal a través de excepciones preliminares el próximo 15 de julio y no en la contramemoria que correspondía presentar en febrero del 2015.
Para el ex presidenciable Marco Enríquez-Ominami y su partido el PRO, el discurso dado por la Mandataria fue "insuficiente" al no mencionar otros aspectos de la relación entre ambos países. En entrevista con Emol, el ex diputado abordó la demanda boliviana y también criticó la forma en que el gobierno está llevando adelante la política exterior.
-¿Qué le pareció la decisión de la Presidenta de impugnar a La Haya?
"Como ella misma dijo es información confidencial por lo que cuesta opinar si no tienes los fundamentos. Nosotros apoyamos la decisión, queremos que Chile gane en tribunales, pero no queremos que pierda en integración. Por tanto, para el camino judicial somos parte de la estrategia de Estado y haremos acto de fe en ella, aunque yo no encuentre bueno el discurso, porque no anunció ningún camino de integración después de lo judicial. La Presidenta tiene una responsabilidad, el norte de Chile tiene mucho que ver con Bolivia, guste o no".
-¿Cree que objetar la competencia de La Haya era el mejor camino?
"Como no tengo los elementos me cuesta tener una idea, pero en el caso de Chile no me gusta la estrategia de su diplomacia, nunca me ha gustado. Fortalecer solamente el aspecto económico, los TLC y no el tema energético, la exportación y no el tema cultural, y no preocuparse de la dimensión política de la integración, creo que es un error.
La impugnación tiene un desafío para Chile y espero que la Presidenta haya tomado la decisión correcta, porque ya Sebastián Piñera fue muy arrogante. Piñera dijo que no entregaría nunca un milímetro de mar y se equivocó doble, su estrategia nos llevó a perder mucho mar y va a pasar a la historia como el Presidente que perdió mar".
-Usted ha planteado que Chile debe cuidar las relaciones con sus vecinos, ¿es posible seguir esa línea con Bolivia ante el nuevo panorama?
"Es una obligación moral, el gran norte de Chile, el sur peruano y el gran occidente boliviano son idénticos. A los siúticos de estos tres países, a las élites les incomoda, pero la nación Aymara está montada sobre ambos países, tenemos problemas de agua, minería, narcotráfico y salud, hablamos el mismo idioma.
¿Qué haces tú cuando las fronteras son complejas? 'Ah, es que estamos judicializados, no te vamos a recibir' (...) Yo pregunté a autoridades de alto nivel diplomático de ambos países cuando fue la última vez que conversaron, fue hace cuatro años. A esta hora los únicos que hablan son los carabineros de Cariquima y los policías de Bolivia, se hablan entre ellos, hablan más los policías que las autoridades política que tú elegiste".
-¿El gobierno está al debe en estas materias?
"En eso el discurso de la Presidenta Bachelet fue insuficiente, una cadena nacional para decir 'no, punto' (...) Al mismo momento que digo que valoro el esfuerzo que se hace en materia judicial, planteo una crítica, se la he expresado a Heraldo Muñoz fraternalmente, no me gusta que ellos continúen con la estrategia de Sebastián Piñera. Yo creo que la política exterior de Piñera estuvo mal conducida, nos aisló, nos hizo pelear con los vecinos, fue un mal presidente en política exterior y Bachelet ha dicho que ella va a seguir, va a ser continuidad de Piñera".
-Como parte de su ofensiva el gobierno ha difundido un documento en que demuestran que Bolivia tiene acceso al mar ¿qué le parecen estos argumentos?
"La discusión que el canciller quiere plantear sobre si es verdad o no la demanda boliviana, es una discusión que los jueces de La Haya ya le enseñaron a Piñera que estaba equivocado. Piñera dijo 'Chile no tiene nada pendiente con Perú', bueno los jueces mejor pagados y más preparados del mundo dijeron 'sí hay algo pendiente'.
Heraldo Muñoz quiere convencerlos de que no hay nada pendiente, al igual que Sebastián Piñera se equivoca, Piñera se equivocó y yo espero que Heraldo Muñoz que es más inteligente no persevere en eso, porque el camino de decir que no hay nada pendiente ya fue zanjado. Si La Haya te dijo 'ya chilenos sí hay algo pendiente, les voy a corregir la línea' (...) Yo creo que es mejor asumir que existen temas pendientes siempre con Bolivia, Argentina y Perú, ¿qué tiene de humillante decir eso?, la estrategia de Chile, de los políticos es negar lo pendiente".
-Usted ha manifestado que es un tema que también compete a Perú, ¿Cómo podría esta situación resolverse entre los tres países?
"Una pregunta que le hago a Bachelet y a Evo Morales es por qué no invitan a (Ollanta) Humala a la conversación, es incomprensible. Si el Tratado de 1929 dice que Chile tiene la llave y el candado lo tiene Perú y no veo a ninguno de los dos jefes de estado nombrando a Humala, es el gran ausente (...) Creo que hay una discusión más brutal y es que un acuerdo con Bolivia entre nosotros supone dejar de ser vecinos de Perú y ésa es una pregunta que hay que hacérsela a Humala, ¿estaría Humala dispuesto a dejar de ser vecino de Chile?"
El ex candidato presidencial también se refirió a la baja que ha experimentado la aprobación ciudadana del proyecto de reforma tributaria. A su juicio, aunque "es cierto que Andrés Velasco e Ignacio Walker hicieron campaña del terror defendiendo a la vieja Concertación con la derecha, no le podemos echar toda la culpa al empedrado, hay ministros, están pagados para eso, y no fueron claros".
En relación a la reforma educacional, el ex candidato apuntó que el ministro Nicolás Eyzaguirre "no entiende que sus reformas, las pocas que hace que no son malas, no las conecta, no logra entender que en lo que está haciendo está la calidad (...) él no cree en las reformas, le falta convicción".
En cuanto a sus acercamientos con la Nueva Mayoría y su disposición a participar en primarias para todos los cargos con el bloque y otras fuerzas progresistas, Enríquez-Ominami insistió en que éstas serán una "condición intransable" antes de discutir sobre una alianza política. "No esperemos al 2017, les propongo ahora un gran acuerdo por la asamblea constituyente", concluyó.