SANTIAGO.- El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, explicó en detalle la reforma que está impulsando su cartera al sistema educacional chileno y aseguró que el plan del Gobierno es aplicar la gratuidad en la educación universitaria solo a los primeros cuatro años de carrera y que el resto sea financiado por los estudiantes.
En entrevista con El Mercurio, el secretario de Estado explicó que "cumpliremos el objetivo de la gratuidad universal, pero de manera eficiente. Cuatro años de estudio -lo que duraría un college - me parece un objetivo sensato de financiar para un país de 20.000 dólares per cápita".
"Lo que exceda a ese lapso debiera ser financiado con cargo a la renta futura del estudiante u otra forma equivalente. Eso compatibiliza correctamente, me parece, gratuidad con esfuerzo personal, y ayudaría a promover los estudios generales a partir de los cuales pudiera seguirse una formación especializada o profesional", agregó.
Asimismo, Eyzaguirre se refirió al financiamiento que tendrán las universidades e indicó que la idea es diseñar "financiamientos basales para todas las instituciones, públicas o privadas, contingentes a la índole y productividad de sus comunidades académicas".
"Por supuesto, habrá algunas que carecerán de ese financiamiento y en cambio serán puramente docentes; pero eso dependerá de su desempeño y, como digo, de las comunidades con que cuenten. Habrá también fondos para la investigación concursables, cuando se trata de investigación cuyos resultados no sean apropiables y, en general, los fondos se asignarán por juicio de pares", detalló.
En ese contexto, aclaró que " formularemos un trato preferente para las universidades del Estado. Ellas cultivan el pluralismo, que es la base de una sociedad abierta y democrática. Algunas privadas también lo hacen, pero las estatales son la garantía de que ello ocurrirá".
Consultado sobre el rechazo que algunas de estas medidas podrían generar en el movimiento estudiantil, en el cual exigen gratuidad completa y un trato preferencial del Estado para las universidades públicas en desmedro de las privadas, el ministro reconoció que existen diferencias, pero aún así seguirán adelante con la reforma.
" Nuestro deber es atender al movimiento estudiantil en aquello que coincide con el programa y siempre que cuente con el apoyo suficiente del Congreso. Los sueños y reflexiones del movimiento estudiantil son importantes, pero no tienen la última palabra", enfatizó.