SANTIAGO.- La ministra de Salud, Helia Molina, descartó este domingo que el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet realice una reforma estructural en su área, pese a que en la última encuesta CEP el 51% de los chilenos cree que es el principal problema del país.
En entrevista con El Mercurio, la secretaria de Estado afirmó que "las únicas tres reformas que el gobierno de la Presidenta Bachelet desarrollará son la tributaria, educacional y una nueva Constitución. No hay considerada ninguna otra".
Asimismo, descartó grandes modificaciones en las Isapres, ya que pese a que la comisión asesora presidencial que estudia cambios a ese sistema aprobó la creación de un fondo único de salud, Molina aseveró que lo que se necesita son elementos para crear una nueva ley para las aseguradoras.
En esa línea, Molina aseguró que la idea de poner fin al actual sistema de Isapres "no es una propuesta de la comisión. Lo propuso la directora de Fonasa, Jeanette Vega, y fue aprobado por la comisión. La directora de Fonasa es una académica y ha pasado la vida entera trabajando en seguros de salud, por eso está tan feliz de dirigir Fonasa".
"Me imagino que ha puesto en escena su punto de vista personal y el de muchos salubristas que pensamos que en Chile y el mundo deben ir avanzando los sistemas públicos de salud, porque han dado más frutos y éxitos", añadió.
En ese contexto, recordó que "a la comisión le encargamos específicamente una ley de isapres que mejore inequidades, discriminaciones y todas aquellas cosas que las hacen tan criticadas por sus propios usuarios".
"La comisión está muy encaminada, y no está por hacer cambios estructurales en salud. No les puedo poner un bozal a las personas porque son estudiosas e inteligentes; tienen derecho a expresarse, pero el legado concreto que necesito es que me den todos los elementos para hacer una ley de isapres", indicó.
Por ello, la titular de Salud explicó que la idea es que l a comisión apunte a "una ley que regule mejor ciertas atribuciones de las isapres y también de los usuarios, con mecanismos interesantes de compensación y alianzas que suavicen muchas cosas factibles, sin que dejen de ser un buen negocio y un buen sistema para los 4 millones de personas que quieren estar en él".
"Quedaría satisfecha si se terminara con la discriminación por sexo, por edad, por preexistencia de patologías. Eso me parece sustantivo", dijo.
En cuanto a las críticas que ha recibido por su gestión y a las voces de la Nueva Mayoría que estarían pidiendo un cambio ministerial en su cartera, Molina comentó que "no creo que ningún sector esté promoviendo mi cambio. A lo mejor hay legítimas inquietudes por el tremendo desafío que la Presidenta nos fijó: el mayor plan de inversiones en la historia del ministerio por US$ 4.000 millones".
"Las aprensiones habrían sido iguales para cualquier ministro. Quizás son más por ser ministra. Todavía hay bastante sesgo de género. Pero no siento ningún tipo de aprensión de la Presidenta ni de su equipo político", enfatizó.