Pedro Quinteros está esperanzado en que su hijo homónimo reciba un nuevo corazón.
SANTIAGO.- "Tiene el corazón de una persona de 80 años y la única solución es un trasplante". Así de categórico es Pedro Quinteros, padre del menor de 12 años que desde el martes es prioridad nacional para recibir un corazón, debido a la estenosis aórtica congénita que lo aqueja.
"Lo bueno es que -tal como lo hemos conversado con varios médicos- es que no tiene ningún órgano comprometido (...) Sus órganos están sanos, trabajando bien, por lo que es el mejor momento para que Pedro no tenga ninguna complicación", sostuvo esta mañana en la Clínica Las Condes, donde su hijo está internado desde el 20 de agosto.
Quinteros y su pareja Mabel Figueroa han debido convivir con la afección de su hijo desde su nacimiento y con el temor de repetir lo ocurrido en 1997, cuando su primer bebé falleció con 34 días de vida. "Nos costó mucho programar a Pedro. Teníamos mucho miedo y por eso le hicimos todos los exámenes", dice.
"Él nació con una estenosis aórtica congénita leve, a los 4 ó 5 años pasó a moderado y hace seis meses pasó a severo, muy rápido. La enfermedad se generó demasiado rápido para lo que teníamos previsto. Teníamos previsto operarlo como a los 16 años, no ahora", explica.
Los problemas más serios comenzaron el año pasado, cuando el menor sufrió dos síncopes, con lo que fue derivado al hospital Sótero del Río, donde la junta médica decidió intervenirlo.
"Él se operó el 19 de agosto (de este año). Después de cuatro horas y media de cirugía, el cirujano me dijo que Pedro se recuperaba bien, que estaba siendo cerrado para ser pasado a sala. En ese momento, según nos explicaba el médico, por protocolo tenían que esperar una hora, pero él estuvo dos y en ese lapso falló su corazón", recuerda.
Y agrega: "Tuvieron que hacerle masajes y abrirlo inmediatamente para poder parar el corazón, sacar la sangre y poder conectarlo a una máquina (...) La cirugía era sólo un trasplante de válvula aórtica, que no debería haber presentado ningún problema, pero nadie se explica qué pasó".
A la mañana del día siguiente, según Quinteros, la junta médica del Sótero del Río decidió dejar en reposo al menor. Sin embargo, "en la tarde me explicaron que no podía seguir ahí, porque no tenían más recursos".
"Si Pedro hubiese seguido uno o dos días más (en el recinto), quizás, no habría estado con nosotros. Así se dio la posibilidad de trasladarlo a la Clínica Las Condes, donde permanece grave, pero estable", comenta.
A la espera del órgano para su hijo -que está sedado-, Quinteros sostiene que en cuatro días más los especialistas "lo desconectarán de la Ecmo (oxigenación por membrana extracorpórea), que está haciendo todo el trabajo del corazón. La idea es colocarle algunas drogas para que esté con nosotros, consciente y despierte".
"Pedro iba a vivir siempre con este problema, pero la válvula es la que se iba a cambiar para mejorar su calidad de vida y es eso finalmente lo que hoy lo tiene grave", apunta.
Se espera que durante esta jornada la clínica Las Condes entregue una versión respecto del estado médico del menor.