SANTIAGO.- El ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, visitó los trabajos que se realizan en la zona del naufragio del ferry Amadeo I en el paso Kirke, 50 km al suroeste de Punta Arenas.
"Vamos a monitorear la tarea que se está realizando, con la información que nos proveen la Armada y la gobernación provincial, para que este accidente no se transforme en un desastre", dijo la autoridad.
En ese sector, tanto la Armada como empresas contratadas por la empresa propietaria del ferry, Navimag, efectúan una intensa labor de contención y limpieza desde el día del accidente, el pasado 18 de agosto.
Y en paralelo, se preparan para las etapas más complejas de esta labor: el retiro del combustible de la nave y luego sacar al navío del lugar.
Badenier señaló que los eventuales daños ambientales producto del accidente están ya relativamente contenidos, pero aún quedan por delante las faenas más riesgosas. Por lo que el monitoreo de los trabajos por parte del ministerio del Medio Ambiente será constante.
Para ello, se va a requerir información periódica de las autoridades competentes, así como de los pescadores artesanales que trabajan en esa área y que están preocupados respecto de las posibles implicancias ambientales del naufragio.
"Estamos hablando de más de 120 toneladas de combustible que hay que retirar para después mover la embarcación, ya sea por partes o en su totalidad. Ambas faenas son bastante riesgosas, y lo más probable es que tengamos actividades por más de seis meses. Como ministerio vamos a monitorear el tema, fundamentalmente por el lugar donde ocurrió el accidente", expresó.
Trabajos en la zona
En tanto, el secretario de Estado visitó la zona del naufragio en compañía de efectivos de la Armada, quienes expusieron los procedimientos actuales y futuros para la limpieza y retiro del ferry.
Al respecto, el gobernador marítimo de Magallanes, capitán de navío Jorge Imhoff, explicó que previo al retiro de la embarcación siniestrada "hay que hacer un trabajo acucioso para sacar todos los hidrocarburos, los lubricantes, y que no quede ninguna materia contaminante para el mar".
"Ahí recién se podría trasladar tras una reparación del casco, o eventualmente llevarlo a altamar y hundirlo, pidiendo todos los permisos internacionales y de autoridades nacionales correspondientes", añadió.
De acuerdo a lo señalado por la autoridad marítima, actualmente la embarcación está bien asentada y apoyada en dos puntos, por lo que no ha registrado desplazamientos.
"La empresa aseguradora instaló monitores con GPS, que no han indicado movimiento de la estructura de la nave en su posición actual", sentenció.