ROMA.- Unas 15.000 personas llegadas a Roma para celebrar la beatificación de Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, asistieron hoy a una audiencia con el Papa Francisco tras asistir a la ceremonia de beatificación que tuvo lugar en Madrid el pasado 27 de septiembre.
Entre ellos, la familia de José Ignacio Ureta Wilson, el niño chileno a quien se le atribuye una cura milagrosa de sus enfermedades por la intercesión del nuevo beato, el cual fue saludado afectuosamente por Sumo Pontífice.
En ese instante, junto a José Ignacio estaban sus padres. Su madre, Susana Wilson, explicó posteriormente que "hemos entregado al Papa las peticiones que habíamos puesto junto a la reliquia del beato Álvaro, así que han sido momentos de mucha alegría y mucha gratitud".
Y añadió: "Le hemos dicho que en Chile rezamos mucho por él y por sus intenciones. Estamos muy emocionados, han sido días para dar gracias, llenos de bendiciones, de gente tan cariñosa que se ha acercado a nosotros".
Su marido, Javier Ureta, añadió que se "supone una gran alegría, porque a pesar del dolor que significaron esos momentos en los que José Ignacio estuvo mal, se ha traducido en una bendición gigantesca para todo el mundo y además resalta la imagen de don Álvaro como ejemplo de vida y camino a la santidad. Le pedimos al Papa que nos diera las bendiciones por los 15 años de matrimonio y nos dijo que fuésemos un ejemplo de 'matrimonio para siempre'".
La mayoría de los participantes en los actos de la beatificación de Álvaro del Portillo en Roma, provienen de América, Asia, África y Oceanía, así como de todas las regiones de Italia. En algunos casos, como ha sucedido con los peregrinos de África y de algunos países de América del Sur, como Chile, llegar a Madrid y a Roma ha supuesto un considerable esfuerzo.
Algunos de los asistentes rememoraron lo que fue este encuentro: "Nos llamó la atención el despliegue de la bandera argentina, como lo hacen en los estadios, junto a la infaltable bandera chilena. También el canto del Padre Nuestro en latín al final, gesto de unidad de toda la iglesia. Manifestó también la alegría de ver a tantos niños en la plaza", comentó Francisco Lavín, vicedecano de comunicaciones de la Universidad de los Andes, uno de los chilenos presentes en la audiencia con el Papa.
El Papa Francisco se dirigió especialmente a ellos, diciendo: "Saludo a Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, así como a los fieles de la Prelatura aquí presentes para dar a gracias a Dios por la beatificación de Mons. Álvaro del Portillo. Los animo para que su intercesión y su ejemplo les ayude a responder con generosidad al llamado de Dios a la santidad y al apostolado en la vida ordinaria, al servicio de la Iglesia y de la humanidad entera. Muchas gracias y que Dios los bendiga".