Vigilante de camión de valores asaltado el viernes: "Tengo miedo de volver a trabajar"

SANTIAGO.- "Tengo mucho miedo de volver a trabajar, no quiero ni salir a la calle. (...) No quiero saber nada de camiones".

Las palabras son del aún nervioso vigilante del blindado de la empresa Prosegur, que el viernes fue abordado por un grupo de delincuentes en Maipú y abandonado en la Ruta 68, tras robar más de $500 millones desde la máquina que fue descerrajada.

En entrevista con El Mercurio, el hombre de 29 años, identificado –por motivos de seguridad-  sólo con las iniciales F.E.G.L., sostuvo que el episodio "fue muy traumático, tengo dos hijos y no quiero faltarles nunca".

Al igual el asalto al camión de la empresa Brink’s sustraído desde frente al Palacio de La Moneda el lunes pasado, el vigilante fue engañado por un delincuente que se hizo pasar por guardia de la empresa, luego fue retenido y debió conducir hasta la Ruta 68, mientras los hampones intentaban abrir las puertas del camión blindado desde adentro.

El funcionario señaló que el sujeto que lo abordó lo apuntó con una pistola a su rostro y que mientras eso ocurría cuatro desconocidos intentaban abrir con la técnica del “oxicorte” la puerta del blindado que conducía.

Si bien no quiso entrar en los detalles del atraco, puesto que la fiscalía le instruyó no hablar de aquello, el hombre reconoció que el delincuente vestido de vigilante le dijo que "era de apoyo, porque siempre nos mandan entremedio de las rutas, y uno no tiene cómo saber si es alguien o no de la empresa. (...) Hay muchas personas nuevas y la rotación es muy grande; uno no sabe ni con quién trabaja de repente, no nos sabemos ni el apellido".

Desprotegido

Después del "traumático" episodio, F.E.G.L. fue trasladado hasta la Mutual de Seguridad de Santiago. Allí, según su relato, lo revisó un médico general y no le brindaron apoyo psicológico, sino que lo dieron de alta inmediatamente. Solo le recetaron un remedio para el dolor de cabeza, ya que los delincuentes le propinaron cuatro golpes con el mango de la pistola.

"Me siento súper desprotegido, muy mal; aparte ayer (viernes) fuimos a la mutual y no me dieron apoyo psicológico. Me recetaron un medicamento para el dolor de cabeza y nada más. Aparte, soñé toda la noche con el asalto: que me abrían el camión, que se llenaba de humo, que la caja que tenían era una bomba, entonces imagínese cómo dormí en la noche... nada", afirmó.

Asegura que la asistencia médica no fue suficiente, y que eso influye en que no haya logrado conciliar el sueño. "El médico nos miraba (a él y al resto de la tripulación) y se reía, me decía 'no, si vas a estar bien', pero ¡me pegaron con la pistola en la cabeza cuatro veces!", señaló.