SANTIAGO.- A una inesperada salida masiva de vehículos argentinos, que no estaba prevista de acuerdo a las estadísticas anuales que manejan los servicios en el complejo Los Libertadores, se debió la congestión en la frontera chileno-argentina, que ayer sábado alcanzó un peack de 10 horas de espera por parte de los conductores.
Así lo dio a conocer el intendente regional Ricardo Bravo, quien se dirigió en helicóptero al lugar para adoptar las medidas necesarias que mitigaran la espera y acortaran los plazos de cientos de familias que, incluyendo a menores, se encontraban estacionados hasta pasar las revisiones que corresponden en estos casos para pasar de un país a otro como Aduana, SAG y Policía Internacional.
Hasta el lugar también llegaron el subsecretario del Interior, Mario Ossandón, la gobernadora de Los Andes, María Victoria Rodríguez y altos directivos de los servicios involucrados quienes en conjunto diseñaron un modelo que permitió acortar los tiempos de espera.
En la instancia, el intendente Bravo mostró cifras que indican que en esta oportunidad se triplicó la salida de vehículos en un corto lapso lo que conspiró en contra de un servicio más ágil y expedito.
El año 2014, a igual fecha –que en ese caso correspondió a los días 13 y 14 de febrero- salieron 935 automóviles y este año lo han hecho 3.248, razón por la cual se registraron las dificultades ya señaladas.
Igualmente la autoridad regional señaló que por instrucciones precisas se entregó a las familias que esperaban auxilio consistente en alimentación, frazadas y agua potable.