SANTIAGO.- Una cifra récord registró en 2014 el metro de Santiago, al concentrar 668 millones de viajes, la mayor cantidad en sus casi 40 años de vida.
Así lo reveló el informe anual de validaciones del Transantiago, a través de la Ley de Transparencia, según reportó El Mercurio.
La cifra es superior en 31,4 millones a la de 2008, cuando Transantiago se iniciaba, aunque en los últimos siete años se inauguraron las extensiones de la Línea 1 desde Escuela Militar a Los Domínicos, y de la Línea 5 hasta Maipú.
Esta bonanza se contrapone con la fuga progesiva de viajeros que sufren los buses. De acuerdo a los mismos antecedentes, el año pasado el transporte de superficie totalizó 972.758.846 validaciones, la cifra es menor en 82 millones 533.464 respecto de 2013 (4% menos) y 191.832.183 más baja que en 2008.
"Es natural que el Metro aumente, porque se ha invertido en extensiones, en material rodante, y no necesiariamente se ha hecho lo mismo por mejorar la oferta de los buses", opina la especialista en Transportes de la U. de Chile Marcela Munizaga.
De acuerdo con el director de Transporte Público Metropolitano, Guillermo Muñoz, "el aumento en el parque automotor y el consiguiente aumento de la congestión vehicular, sumado a la extensión progresiva de la ciudad, han provocado una disminución de las velocidades de la red vial y, por consiguiente, una merma en el desempeño operacional de los buses y la calidad del servicio ofrecido por las empresas operadoras".
Coincide el doctor en Transportes de la UC Juan Carlos Muñoz: "En horario punta, la ciudad entera está bastante congestionada. En ese contexto, el nivel de servicio de Metro es valorado por la gente. Además, si empeora el nivel de servicio en superficie, se hace más atractivo viajar en Metro".
Además de la fuga de viajeros hacia el Metro, la pérdida de pasajeros también responde al aumento del parque vehicular que desde el inicio del Transantiago ha crecido en unos 500 mil vehículos, 60% en ocho años.
A juicio del doctor en Transportes de la UDP Louis de Grange, esto genera más congestión, lo que, a la vez, empeora más el servicio que pueden prestar los buses. "Es una tendencia que lleva cinco años y no es casualidad. La principal razón es que quien puede deja de usar los buses del Transantiago, si puede irse al Metro o al auto, lo hace, o incluso a la bicicleta o caminando. Pese a todas las políticas que se han implementado, es un deterioro progresivo. Transantiago no es financieramente sustentable, y por eso se piden más subsidios para cuadrar la caja".