CHAÑARAL.- La idea es tratar de volver a la normalidad lo más pronto posible. Esa es la consigna de las autoridades de la región de Atacama, una de las más afectadas por los aluviones derivados del núcleo frío en altura que se presentó la semana pasada en el norte y centro del país, y que deja -hasta ahora- 17 muertos y 20 desaparecidos.
En ese sentido, una de las prioridades son los más de 5 mil niños que pertenecen a los 190 establecimientos educacionales que resultaron con daños y que hoy están sin poder ir a clases.
A partir de esta semana, al menos en la zona de El Salado, una de las más golpeadas por el aluvión, los niños retornarán a la única escuela que puede funcionar: el colegio Pedro Luján.
Así lo informó a Emol la directora provincial de Educación, Palmira Rojas, quien agregó que junto al alcalde de Chañaral, Héctor Tolva, visitaron la localidad y pudieron dimensionar la real situación que se vive allí.
"Pudimos ver qué tan desolador es el panorama en la localidad de El Salado y con el alcalde gestionamos con los funcionarios públicos para que los niños puedan tener, a partir de hoy, un estilo de escuela artístico y cultural, más que nada para que se despejen un poco de ese panorama tan feo que están viviendo", sostuvo.
La idea es que realicen actividades distintas y lúdicas, y en el fondo "que sigan aumentando sus habilidades, para que su desarrollo no quede estancado producto de esta catástrofe que estamos viviendo".
Se habilitarán tres salas, una para niños desde los 6 meses hasta los 4 años, y otras dos para los más grandes.
"Esto se va a implementar sino a partir de hoy, desde mediados de semana", afirmó.
Clases en Chañaral
Respecto de la situación en Chañaral, la autoridad educacional informó que se va a implementar el mismo sistema, pero que éste comenzará a partir de dos semanas más, debido a las difíciles condiciones en que quedó gran parte de la ciudad.
Consultada por la reacción que pudieran tener las familias ante la medida, admitió que puede haber reticencia, sobre todo, en el caso de los más pequeños.
"Pero también está la necesidad de los padres que no trabajan directamente en la zona afectada y que tienen que ir a trabajar a faenas porque sus empleadores nos les van a extender más el permiso y necesitan que alguien pueda cuidar de sus hijos para que sigan trabajando", sostuvo.
En cuanto a Copiapó, las clases "están suspendidas totalmente, porque los accesos de la mayoría de los colegios están bloqueados por el barro y el agua".