COPIAPÓ.- La posible emanación de diferentes tipos de gases desde el barro de los aluviones registrados la semana antepasada y que podrían ser perjudiciales para los habitantes, es un inquietante antecedente que aparece en un informe encargado por el Gobierno Regional de Atacama.
Así lo informa hoy "El Mercurio", que agrega que el estudio advierte que hay evidencias de arrastre de relaves en zonas residenciales que fueron inundadas por el barro y que ello representa riesgos para la población, en el eje de las localidades de Diego de Almagro, El Salado y Chañaral.
El documento, de carácter reservado, fue discutido la semana pasada durante un comité de emergencia regional y los que se buscaba era establecer las interacciones de este material con las aguas servidas del colapsado alcantarillado público, con una alta carga orgánica y bajo contenido de oxígeno. Unido al suelo con presencia de metales pesados, ello "da origen a una masa compleja".
"Todo esto mezclado da como resultado una o más sustancias indeseables por la desestabilización química de los relaves que se incorporaron al curso del agua", señala el informe, que puntualiza que ello originó emanaciones de "gases de monóxido de carbono, dióxido de carbono, hidrógeno, hidrocarburos y otros sin definir".
Pese a lo anterior, las autoridades señalan que las evidencias científicas aún no son concluyentes. La investigadora del Departamento de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica y asesora del Ministerio de Salud, Sandra Cortés, advirtió sí que el caso de Chañaral es un fenómeno geográfico, químico y físico único en el mundo y exigirá un esfuerzo especial para establecer sus alcances.
Allí, había una playa artificial de 400 metros de ancho y 10 kilómetros de largo formada por 220 megatoneladas de relaves, ricos en níquel, cobre y arsénico, que la gran minería vertió durante 70 años en el río El Salado.
"Uno tiene la sospecha que lo que está circulando en Chañaral mezclado con el lodo y se metió a las casas pueda estar contaminado con metales. Eso requiere una línea de trabajo conjunta entre ciencia, académicos y la autoridad sanitaria para que ponderemos el impacto de esto", dijo.
Ello en medio de un aumento de consultas respiratorias entre los niños. "La mitad de las consultas se refieren a tos irritativa, faringitis, resfríos y enfermedades respiratorias", cuenta la médico general del Hospital de Chañaral, Gabriela Campos. "Todo tiene que ver con el polvo en suspensión", indicó.
La directora provincial de Educación, Palmira Rojas, dijo que la situación la obligó a suspender las actividades deportivas y recreativas en la zona.
En tanto, el Gobierno comenzó un análisis en toda la III Región de las zonas inundadas por las crecidas fluviales para despejar la incógnita de si los aluviones transportaron contaminación minera.
La técnica, que comenzó a aplicarse en Tierra Amarilla, no ha revelado rangos de metales pesados que las autoridades consideren anormales.