SANTIAGO.- Cuando aún está presente su salida de la Contraloría General de la República tras ocho años al mando, Ramiro Mendoza analizó con dureza la crisis política y de representatividad que vive Chile tras los escándalos Penta, SQM y Caval, explicando el disgusto que vive la ciudadanía en estos momentos.
Fue en el diario español El País donde habló el ex contralor, en la crónica titulada "La vanidad herida de Chile", en la que el citado medio explica cómo ha golpeado esta situación al país, luego de figurar como uno de los con menos corrupción de América Latina y con una economía pujante.
En el artículo, Mendoza es enfático: "La gente está emputecida contra el poder político y también contra la gran empresa".
Para él, este problema es estructural y de difícil solución, ya que "se trata de la trampa de los países emergentes que salen rápido del subdesarrollo, como ha sido el caso de Chile, pero después encuentran que les falta la arquitectura de la gobernanza".
En este sentido, Ramiro Mendoza explica que este descontento general en la ciudadanía parte de expectativas frustadas, lo que se extiende a la corrupción.
Pese a esto, el ex contralor recalcó que Chile sigue siendo diferente del resto de los países del continente, ya que existe un orden constitucional bastante superior respecto a estados como Argentina.
Esto lo corrobora la publicación española: "En Chile, a diferencia de Argentina, se creó un estado fuerte a mediados del siglo XIX. La coima, el soborno a funcionarios, prácticamente no existe en Chile. A nadie se le pasa por la cabeza sobornar a un carabinero; si uno compra una chocolatina en un quiosco recibe infaliblemente un boleto de compra del vendedor, que se guarda una copia para después regularizar sus cuentas con Hacienda".