SANTIAGO.- Había estado alejado de la opinión pública por casi un mes, limitándose a aparecer en actividades académicas, pero este martes el ex candidato presidencial Andrés Velasco volvió al ruedo con una dura crítica al Gobierno y sus reformas estructurales.
En una columna publicada hoy por El Mercurio (titulada "El columpio), el ex ministro de Hacienda destaca que "habiendo azuzado por dos años un reformismo hiperactivo que más se parecía al populismo, ahora da indicios de un retorno al centro e instala dos portentos en las carteras de Interior y de Hacienda", en relación a los nombramientos de los ministros Jorge Burgos y Rodrigo Valdés.
Sin embargo, "a menos de 24 horas, sus propias bancadas parlamentarias salen a enmendarle la plana y dicen que no aceptarán tal cosa, al tiempo que los grupos de interés que se benefician de las leyes en trámite se declaran en estado de alerta".
Así, Velasco critica a la Nueva Matoría de que, con el afán de volver al Gobierno, sus líderes decidieron "comprarse toda demanda de cuanto grupo de presión se cruzó en su camino: fin a todo incentivo tributario al ahorro, menoscabo a los colegios subvencionados, gratuidad total y a cualquier costo en la educación superior, y un 'proceso constituyente' cuyo contenido nadie aún ha podido desentrañar".
"El resultado ha sido cuestionable en lo técnico, con reformas diseñadas a la carrera y que hubo que parchar en el Congreso. Y ha sido deficiente en lo político, porque los tan cacareados cambios no han dejado contento a nadie. Los grupos más radicalizados interpretan cada parche inevitable como una traición al programa y amenazan con movilizaciones. La clase media, mientras tanto, ve amenazado aquello que le resulta conocido -la educación subvencionada, las pymes-, se inquieta con el bajo crecimiento económico, y expresa una creciente desafección", agrega el ex secretario de Estado.
Es por eso que, asegura, "para que el supuesto giro al centro sea algo más que una gambeta táctica, el Gobierno debe comprometerse a reformar las reformas".
En este sentido, Velasco llama a hacer una reingeniería a la reforma tributaria, al mismo tiempo que conminó al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, a "sincerar que la gratuidad total en las universidades es injusta, que los fondos no alcanzan, y que transitar por esa senda comprometería metas más prioritarias, como universalizar la educación preescolar o fortalecer la técnica".
En tanto, en materia laboral llama a "defender aquello que es bueno para mujeres y jóvenes", somo los pactos de adaptabilidad. Asimismo, se opone a la no extensión de beneficios de la negociación a los trabajadores no sindicalizados, así como también a la negociación ramal.
"El acto final de sinceramiento tiene que ver con la Constitución. La ambigüedad del Gobierno por tanto tiempo ya ha hecho mucho daño. La guinda de la torta fue el anuncio de un 'proceso constituyente' junto con el lanzamiento de las propuestas de la Comisión Engel. Todo gobierno alguna vez se ve forzado a improvisar un anuncio para cambiar el foco de la conversación nacional. Pero improvisar así con la piedra angular de una república democrática -su Constitución- marcó un récord de liviandad en la política nacional", cierra el ex ministro.