VIENA.- El llamado "síndrome de clase turista", los problemas circulatorios que padecen los pasajeros de avión y que en algunos casos pueden provocar peligrosas trombosis y hasta una embolia pulmonar, es evitable si se toman medidas preventivas adecuadas.
Así lo aseguraron hoy en Viena los expertos que participan en un seminario sobre este tema, tras señalar que aún no está demostrado que esos problemas de salud sean originados por las condiciones de los viajes aéreos.
El especialista vienés Herwig Kollaritsch advirtió de que faltan estudios sobre esta hipótesis que demuestren que los viajes largos -en avión, autobús o tren- conlleven un aumento del riesgo de trombosis.
Según los especialistas, es poco frecuente la aparición de esas trombosis durante o inmediatamente después de un vuelo, pero cuando ocurre suelen ser peligrosas.
No todas las personas corren ese riesgo, según Sanja Schuller-Petrovic, catedrática de la Clínica Universitaria de la ciudad de Graz, quien especificó los factores que crean ese riesgo en los viajeros.
Las que corren más peligro son aquellas personas que han sufrido ya embolias o trombosis, las que viajan enyesadas y los que padecen cáncer o alteraciones de la coagulación.
En estos casos los expertos aconsejan una profilaxis con medicamentos específicos, concretamente una inyección de "heparina" recetada por un médico.
Armin Prinz, director de medicina de urgencia en el Aeropuerto Internacional de Viena, explicó que en estos casos su equipo enseña al paciente a inyectarse la medicina por sí solo para conseguir que el efecto de la dosis apropiada, que tarda entre tres a cuatro horas en desarrollarse y se mantiene luego durante unas 24 horas, se de en el momento justo.
Con un riesgo más moderado deben contar quienes superan los 40 años, quienes sufren problemas con las venas, así como los que padecen de insuficiencia cardíaca, las embarazadas, las personas con sobrepeso y las mujeres que toman la píldora anticonceptiva.
Para este grupo de viajeros se aconseja el uso de medias de descanso durante el vuelo, además de las medidas generales recomendables para todos y para cualquier viaje de larga duración (también en tren, automóvil o autobús).
Estas se resumen en moverse tanto como sea posible y beber mucho líquido, excluyendo el alcohol, al tiempo que deben evitarse los medicamentos sedantes, ansiolíticos o somníferos.
Prinz advirtió de que la aspirina no es adecuada para evitar las trombosis en los viajes, como han dicho algunos expertos últimamente en los medios austriacos.
En reacción a esos artículos de prensa, la empresa Bayer Austria emitió hoy un comunicado en el que señaló que "no existen aún suficientes pruebas del eventual efecto que pueda tener el Acido Acetil Salicílico (agente activo de la aspirina) como protector del síndrome de clase económica".
"Actualmente no hay indicios de que fármacos con AAS puedan dar una protección segura, pues esos efectos no han sido estudiados científicamente hasta ahora", subrayó la nota de Bayer.