WASHINGTON.- Una banda da estafadores fue incriminada por haber ofrecido en e Bay, el sitio Internet de subastas donde algunos lograron vender incluso la propia alma, obras de arte de dudosa procedencia haciendo luego ofertas ilegales, con nombres falsos, para hacer subir los precios.
En el transcurso de un par de años, los tres delincuentes subieron ilegalmente los precios de por lo menos 1.100 obras de arte puestas en venta.
Un cuadro abstracto atribuido a Richard Diebenkorn, cuyo punto de partida fueron unos pocos dólares, alcanzó los 135 mil.
La banda, utilizando descripciones ambiguas y decididamente falsas, subastó en eBay cuadros de Alberto Giacometti, Edward Hopper, Clyfford Still y muchos otros artistas.
Los tres delincuentes -Kenneth Walton, Scott Beach y Kenneth Fetterman- crearon una serie de nombres falsos para jugar al alza de las obras puestas en venta.
Entre los falsos participantes en la subasta estaban los inexistentes "Giacometti" y "Still", creados por los estafadores para dar la impresión de que los familiares de los artistas tratarían de algún modo de recuperar las obras puestas en venta.
La banda había llegado al refinamiento de crear incluso especialistas de arte falsos que enviaban emails a personas interesadas en la subasta para alentarlas y para felicitarlos cuando las ofertas terminaban exitosamente.
En el caso de la pintura de Diebenkorn, los estafadores dijeron haberlo encontrado en una casa de venta de ropavejeros e inventaron una historia por la cual el cuadro habría sido dañado por un niño que jugaba con un triciclo.
Los investigadores descubrieron que mentiras similares habían sido inventadas por la banda para explicar la procedencia de los otros cuadros ofrecidos, casi siempre falsos.
Pero eBay sostiene no haber tenido responsabilidad; más de 200 millones de transacciones se desarrollan anualmente en el sitio de subastas, con un movimiento de dinero de más de 5 mil millones de dólares por año.
En eBay se vende de todo y un estudiante ateo logró vender incluso su alma aunque después terminó encontrando dificultades para enviarla al comprador.
El éxito del sitio provocó un aumento de las estafas, mientras en 1997, había sólo 1.078 denuncias de ventas fraudulentas, en 2000 el número de los pedidos de indemnizaciones subió a más de 11 mil.
La eBay terminó en la mira de los Oscar: el ofrecimiento de entradas para la ceremonia, por 11 mil dólares cada una, hizo entrar en acción a los abogados de la Academia.
La decisión es que vender las entradas para la ceremonia es ilegal.