Londres.- Los padres adoptivos de las llamadas mellizas de Internet han decidido no apelar contra la reciente decisión de un juez británico que dispuso el regreso de las niñas a Estados Unidos, informó hoy su abogado, Michael Charles.
Según el representante legal, Judith y Alan Kilshaw, que compraron a las pequeñas el año pasado a través de la red, tomaron la decisión por el bien de Belinda y Kimberley, de nueve meses.
"Los Kilshaw consideraron muy cuidadosamente si llevar o no el caso al Tribunal de Apelación", afirmó Charles, que recalcó que la mayor preocupación de sus clientes es el efecto que la continua atención de la prensa pueda tener en las pequeñas.
El juez Andrew Kirkwood dispuso el pasado lunes que Belinda y Kimberley deben ser devueltas al estado de Missouri (EEUU), lugar de residencia de la madre biológica, donde otro tribunal decidirá el futuro de las niñas.
Los Kilshaw, residentes en Gales, habían acudido a los tribunales para conseguir el retorno de las pequeñas, después de que los servicios sociales galeses decidiera arrebatarles a las niñas por la gran repercusión que tuvo el caso entre los medios británicos.
El matrimonio había revelado la "compra" de las niñas, nacidas en EEUU y vendidas por su madre biológica, Tranda Wecker, de 28 años, a los Kilshaw por 13.120 dólares.
En un principio, Wecker vendió a sus hijas a una pareja estadounidense, Richard y Vickie Allen, pero cambió de opinión y las recuperó para entregárselas a los Kilshaw, que ofrecían más dinero y que se llevaron a las criaturas al Reino Unido en diciembre pasado.
Ante la publicidad del caso, los servicios sociales galeses decidieron el pasado enero quitar las niñas a los Kilshaw, en virtud de una orden judicial basada en la Ley Infantil de 1989, que permite proteger a los menores en circunstancias especiales.
A partir de entonces, comenzó la batalla legal, que continuará en Estados Unidos en cuanto regresen las niñas.
El retorno de Melinda y Kimberley a su país, donde la madre biológica ha expresado su deseo de recuperarlas, se hará en medio de una gran reserva, según dispuso el pasado lunes el juez Kirkwood.