LONDRES.- Los primeros bebés genéticamente modificados han nacido en el Instituto de Medicina Reproductiva y Ciencia de Saint Barnabas en Nueva Jersey (Estados Unidos), publica hoy la revista científica británica "Human Reproduction".
Según la revista, quince niños han nacido, sanos, como resultado de un programa experimental de fertilidad desarrollado en los laboratorios de dicho instituto.
Los científicos afirman que los niños nacieron al aplicar una técnica denominada "transferencia citoplasmática", consistente en trasplantar partes de un óvulo de una donante al óvulo de una mujer con problemas de fertilidad.
Los expertos del instituto de Nueva Jersey creyeron que la causa de la infertilidad de algunas mujeres era el defecto de sus mitocondrias, corpúsculos rodeados del citoplasma celular que flotan en torno al núcleo de la célula, donde está la mayor parte del material genético.
De esta manera, los investigadores inyectaron mitocondrias sanas de la donante en los óvulos de las mujeres con problemas de fertilidad.
Así, los pequeños no sólo presentan genes heredados de sus padres, sino que también tienen una pequeña cantidad de caracteres hereditarios adicionales procedentes de la mujer donante.
Además, explican los científicos, esos genes adicionales han alterado las células que dan origen a los gametos o células sexuales, un cambio que los bebés trasmitirán a su hijos.
Según concluyen los responsables del experimento en "Human Reproduction", "este es el primer caso de modificación genética que da lugar a niños normales y sanos".
Sin embargo, el método empleado por los científicos estadounidenses ha sido criticado por expertos británicos como el profesor Lord Winston, del Hammersmith Hospital de Londres.
A juicio de Winston, "teniendo en cuenta el tratamiento de la infertilidad, no hay ninguna prueba de que esta técnica valga la pena".
"Me quedé muy sorprendido -señaló dicho profesor- al ver que (la técnica) se ha empleado en estos momentos. En Gran Bretaña, ciertamente, no se habría permitido".
Por su parte, la Autoridad de Fertilización Humana y de Embriología (HFEA) manifestó a "BBC News Online" que había decidido prohibir la citada técnica en el Reino Unido por dudosa fiabilidad.
La HFEA cree asimismo que el experimento realizado por los científicos norteamericano no es bienvenido y sólo añade a sus temores una mayor "preocupación".