WASHINGTON.- ¿Es posible que el calentamiento planetario sea revertido gracias a las sodas? Por más disparatado que parezca, científicos e industriales trabajan desde hace tiempo para crear un tecnología que permita "capturar" el gas carbónico emitido por las centrales eléctricas, para reutilizarlo con fines comerciales.
El dióxido de carbono (CO2) se emplea comercialmente para la exploración petrolera y gasífera, la producción de extintores, de nieve carbónica y ... de bebidas gaseosas, como la Pepsi o la Coca Cola.
Si es posible aislar y extraer el gas carbónico de las emisiones de centrales eléctricas, también será posible eliminar la mayor fuente de gases con efecto invernadero de la atmósfera, dicen los investigadores, sin olvidar la otra ventaja, la de poner vender ese gas.
En cuanto al gas carbónico, que seguiría siendo comercialmente inexplotable, podría ser "conservado", enterrado o aún sumergido.
El presidente George W. Bush pidió esta semana privilegiar las investigaciones para permitir la reducción de las emisiones contaminantes con efecto invernadero por medio de las nuevas tecnologías, para limitar o recuperar el dióxido de carbono.
El departamento de Energía consagró 19 millones de dólares a la investigación sobre los medios de aislar y conservar este gas.
Uno de los más recientes avances en ese sentido es el proyecto de la sociedad californiana Clean Energy Systems, de un generator de electricidad desprovisto de chimenea, cuyo total de emisiones contaminantes serían capturadas y destinadas a la venta.
Al permitir la venta de gas carbónico "se reducen las emisiones de dióxido de carbono procedentes de la industria", explica el vicepresidente de la sociedad, Ronald Bischoff.
La producción de alimentos y bebidas genera emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera, apunta Bischoff, pero si éste se inyecta en el suelo para ser almacenado o para permitir la explotación petrolera, "no se escapa jamás".
El dióxido de carbono podría "ser vendido como materia prima a los fabricantes de sodas y nieve carbónica (que se emplea en pequeñas cirugías), así como en la industria petrolera, para mejorar la explotación de petróleo y gas", indica el laboratorio nacional Lawrence Livermore en California, que trabaja también en el proceso de aislamiento del CO2.
En Japón, los científicos elaborar un método de inyección de gas carbónico en el subsuelo marino, mientras que los investigadores europeos han intentado ya la experiencia en una capa freática salina en las profundidades del mar del Norte.
A su turno, los ecologistas están poco optimistas sobre esta alternativa al calentamiento del clima, considerando que el impacto de los desechos de dióxido de carbono en el océano y en el subsuelo no ha sido estudiado de manera adecuada.
"Una evaluación del riesgo ecológico es necesario. Nadie sabe cuánto tiempo podrá ser contenido el carbono allá abajo", dice Susanne Moser, miembro de la Unión de Científicos Preocupados.
"Se necesitarán años" antes de poder contar con una solución adecuada, declara Michael Oppenheimer, científico del Fondo de Defensa Ecológica, que destacó que la explotación de las fuentes de energía que representan el viento o el sol, son eficaces por ahora para luchar contra el calentamiento climático.