TENERIFE, España.- Un equipo de bioquímicos de la Universidad de La Laguna desarrollan una investigación en la que demuestran que la preparación física de los futbolistas es errónea y perjudica a delanteros y a porteros, porque el ejercicio no se hace conforme al tiempo de respuesta metabólica de cada deportista.
Enrique Meléndez Hevia, que dirige la investigación, dijo a Efe que ya hay resultados concretos en el proyecto, que está basado en una característica "totalmente original", como es el estudio individual del metabolismo de cada futbolista.
El catedrático Meléndez Hevia señala que si un club de fútbol quiere financiar esta investigación, los científicos no ofrecen a cambio "promesas de futuro", pues cuentan con datos "suficientes" que avalan, como ejemplo, que nunca debería plantearse un sistema de preparación física y de entrenamientos basado en el concepto de "fútbol total".
El tipo predominante de metabolismo de los músculos determina el movimiento de cada deportista, que puede ser "aeróbico", como los corredores de maratón, caracterizados por una arrancada lenta y una gran resistencia a los trayectos largos, o "anaeróbico", como los velocistas, que son más rápidos, pero en carreras breves.
Los laterales, futbolistas que deben estar corriendo sobre el campo prácticamente los 90 minutos del partido, deben ser de constitución aeróbica, mientras que los delanteros, de quienes se espera que resuelvan la jugada en pocos metros y de forma rápida, deben ser anaeróbicos.
Esta propiedad viene determinada genéticamente y no puede cambiarse, pero un entrenamiento adecuado puede desarrollar al máximo la constitución física específica de cada deportista y potenciar sus cualidades, mientras que una preparación incorrecta puede tener efectos "dramáticos indeseables", asegura el catedrático.
Sin embargo, en general, los preparadores físicos hacen la misma preparación para todos los futbolistas, al contrario de lo que sucede con los atletas, y cometen el error generalizado de que tratan de hacer a cada jugador lo más aeróbico posible y no se tiene en cuenta el criterio metabólico para determinar su demarcación.
Esta preparación física perjudicial puede convertir a un delantero genial en un centrocampista mediocre, de la misma forma que a un barítono se le rompería la voz si se le obligase a cantar como tenor, y esto podría haber contribuido a la retirada prematura de futbolistas como Butragueño.
"La práctica del ejercicio físico deben ser especializada, porque así lo es la constitución física de cada atleta, e intentar lo contrario es tratar de contradecir a la naturaleza", afirma.
El puesto en el que juega cada futbolista se suele asignar según su habilidad para el regate, la defensa o el ataque, pero al no hacer distinción alguna entre la preparación física de un delantero y de un lateral, que genéticamente tienden a movimientos opuestos, se les induce a un pobre rendimiento o lo que es más grave, a la pérdida irrecuperable de sus facultades específicas.
El envejecimiento prematuro de laterales y centrocampistas -que tienen un movimiento aeróbico- es mucho menos frecuente, porque el patrón típico de entrenamiento les favorece, mientras que se "estropea" a delanteros y porteros, predispuestos a la arrancada rápida y explosiva.
Los trabajos previos desarrollados por el grupo de investigadores de La Laguna pueden ser aplicados de forma inmediata sobre cualquier deporte, pero el fútbol es el caso "más completo, y posiblemente el más idóneo" para aplicar sus resultados, al tratarse de un equipo de once jugadores con toda esta gama de características.
Los investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de La Laguna pretenden quieren hacer un convenio con un club de fútbol para realizar un análisis específico de la plantilla con el fin de establecer las condiciones de cada jugador con métodos sencillos y no invasivos, y así saber en qué demarcación será más alto su rendimiento.
El proyecto incluye además el entrenamiento de voluntarios, que no sean deportistas profesionales, para clasificar cuáles son aeróbicos y cuáles anaeróbicos, y dividir a cada grupo en dos, de forma que parte de ellos hagan un entrenamiento favorable a sus condiciones y los otros, al contrario.
De esta forma se establecería si los aeróbicos pierden facultades con una preparación física propia de los deportistas de carrera rápida, y si los anaeróbicos las ganan.
Los científicos también quieren aplicar métodos bioquímicos para evaluar el progreso de las capacidades físicas propias de cada futbolista que participe en el proyecto de investigación.