WASHINGTON.- La fiesta de la música digital gratis continuó este verano boreal, con usuarios de la Internet descargando toda clase de canciones, inclusive el último éxito de la fallecida Aaliyah, a través de varios servicios "online" que siguen fuertes a pesar de la caída de Napster.
En verdad, una nueva ola de servicios ofrece ahora más que sólo música, que era todo lo que Napster ponía "online".
Servicios de intercambio de canciones con nombres como
Kazaa y
Morpheus, parte de una docena de sitios del mismo tipo, permiten a los usuarios enviar y recibir música, vídeo y otros archivos a través de la Internet.
Esos servicios han atraído a millones de usuarios en los últimos meses, mientras el pionero servicio Napster resultaba envuelto en una batalla legal con la industria musical.
Los nuevos servicios han llamado la atención no sólo de los fanáticos de la música gratis sino también de políticos preocupados por la fácil disponibilidad de pornografía y de las compañías de medios que quieren acabar con la piratería.
Los expertos de seguridad de las computadoras también temen que los nuevos sistemas de intercambio "online" son más propensos a transmitir virus que el deshabilitado gigante Napster.
Napster, que desató la ira de la industria musical por permitir a sus usuarios que intercambien canciones protegidas por derechos de autor, está fuera de operación desde el 2 de julio mientras instala filtros para impedir prácticas ilegales.
Pero el tráfico a la red alternativa Fasttrack se ha multiplicado hasta el punto de que más de 600.000 usuarios están ahora conectados en las horas pico, según la firma de investigaciones Webnoize, que pronosticó que la cifra subirá a un millón muy pronto.
Napster atrajo hasta 1,6 millones de usuarios simultáneos en sus mejores días, en febrero pasado.
"Napster abonó el terreno y ganó clientes para la música basada en computadoras personales y ahora las nuevas redes se están beneficiando realmente de eso", dijo el analista principal de Webnoize, Matt Bailey.
La sostenida popularidad de las redes "tú a tú" complica los esfuerzos de la industria musical por lanzar sus propios proyectos de música digital "online", que cobrarían una tarifa de acceso y limitarían el número de canciones accesibles.
"No puedes competir con lo que es gratis y no puedes competir utilizando servicios legales cuando hay servicios ilegales por allí", dijo Amy Weiss, portavoz de la Asociación Americana de la Industria Discográfica (RIAA, por sus siglas en inglés).
Pero mientras la RIAA ha tenido éxito en frenar el intercambio ilegal de canciones vía Napster, las nuevas redes parecen ser objetivos más difíciles.
A diferencia de Napster, que dirigía el tráfico a través de un servidor central, las nuevas redes utilizan un sistema descentralizado que hace casi imposible desactivarlas.
Más aún, muchos de los portales de las nuevas redes funcionan desde bases instaladas fuera de Estados Unidos y permiten intercambios de música, vídeo clips, fotografías, software y otros archivos, para martirio de los medios y las casas discográficas.