WASHINGTON.- La NASA ha vuelto a Marte con una nueva misión de exploración, a cargo de la nave "Odyssey" que, tras su entrada con éxito en la atmósfera marciana, inició hoy las maniobras para situarse en una órbita correcta.
Hasta ahora "todo va bien", señalaron hoy fuentes del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en California, que consideran superada la fase más crítica de la misión, "la inserción" en la órbita del planeta rojo.
La noticia del éxito ha llevado al administrador de la agencia espacial, Daniel Goldin, a exclamar "¡esto sí que es agradable!", porque rompe la mala racha que la Administración Nacional estadounidense de Aeronáutica y del Espacio (NASA) ha sufrido en las últimas misiones al planeta.
En 1999, una nave orbital de estudio y otra destinada a posarse en suelo marciano se perdieron debido a fallos en los cálculos y otras circunstancias que nunca pudieron aclararse.
A las 02:30 de este miércoles, hora GMT, la nave, que había viajado durante siete meses hasta el planeta, fue capturada por la fuerza de atracción de Marte.
Tras un encendido de 19,7 minutos de sus motores de frenado, la "Odyssey" inició una serie de operaciones que durante 76 días la irán acercando hasta una órbita que facilite la misión para la que ha sido enviada.
La sonda, cuyo nombre completo es "2001 Mars Odyssey", tiene como objetivo prioritario buscar los rastros del agua que se supone corrió libre en el pasado en Marte e investigar unas enigmáticas imágenes del satélite Mars Global Surveyor que parecían mostrar cursos actuales de agua en la ladera de una depresión.
Los sistemas que lleva a bordo le permitirán además realizar estudios detallados de la composición del suelo marciano, los minerales que lo forman y la meteorología que reina en su superficie.
Otra de las misiones fundamentales, según el Jet Propulsion Laboratory (JPL), será analizar las radiaciones que existen en el planeta rojo, ya que este problema será uno de los principales que encuentren los astronautas que viajen en la primera misión tripulada, prevista para no antes de 2015.
La nave "Odyssey" tiene por delante años de trabajo, ya que, además, servirá como puente de comunicaciones para dos misiones destinadas a posarse en suelo marciano que serán enviadas en 2003 y 2004.
Por el momento, los responsables de la misión están preocupados solo por la maniobra de entrada en la atmósfera. "El encendido para la inserción orbital ha ido bien, tal como lo habíamos planeado", ha señalado Matt Landano, el responsable del proyecto.
La penetración en la atmósfera, según David Spencer, responsable de la misión en el laboratorio JPL, "es el momento más crítico durante toda la misión y por eso estamos contentos de haberlo dejado atrás".
Según han explicado hoy fuentes de la NASA, la nave iniciará pronto lo que se denomina un "aerofrenado", un proceso de reducción de la altitud orbital que se logra por la fricción con la atmósfera exterior marciana.
El éxito de la llegada de la "2001 Mars Odyssey" a Marte ha devuelto a la agencia espacial la confianza en las misiones "rápidas y baratas", un concepto acuñado por el actual administrador, Daniel Goldin, y que ha presidido su gestión al frente del organismo.
El costo de enviar la "Odyssey" no llega a los trescientos millones de dólares, cuando otras misiones que se enviaron a Marte supusieron cada una un coste superior a los mil millones.
La sensación de fracaso tras la pérdida en 1999 de las naves "Mars Climate Orbiter" y "Mars Polar Lander" ha quedado enjugada ahora con el éxito en la llegada a Marte de la "Odyssey".
El "Orbiter" se perdió por un error de la NASA en los cálculos, pero el fracaso del "Lander", aún sin estar claro, se atribuye a un accidente sufrido en el momento en que la nave entró en contacto con la atmósfera marciana.