WASHINGTON.- El director del Proyecto del Genoma Humano, Francis Collins, dijo hoy que el ADN revelará la predisposición que tenemos a las enfermedades, pero hay que evitar que se convierta en "el equivalente biológico del pecado original".
Collins, en una conferencia celebrada en Washington, reclamó la participación de las minorías hispana, negra y asiática en el debate sobre los aspectos éticos y legales que ha abierto la genética, para evitar que se use con fines discriminatorios.
"El ADN, el libro de la vida, contiene un profundo mensaje: que somos básicamente lo mismo y que las diferencias entre las razas son realmente pequeñas", sostuvo Collins ante centenares de dirigentes de las comunidades minoritarias que viven en EE.UU.
Al reflexionar sobre el futuro que aguarda a la genética, Francis Collins manifestó que para 2010 habrá test de predicción disponibles para al menos una docena de enfermedades, pero se preguntó si, en ese momento, el acceso a las nuevas tecnologías será para todos igual.
Para 2020 habrá medicamentos diseñados con base genética contra la enfermedad de Alzheimer, la diabetes y otras dolencias, pero también se iniciaran los usos "no médicos" de la genética, la transformación de las personas con fines distintos a los de la salud.
Después, predijo, aparecerán movimientos contra la tecnología en Estados Unidos y en todo el mundo, como una respuesta crítica al papel que ésta va a jugar en nuestras vidas.
Francis Collins, quien dirige el Instituto Nacional de Investigaciones del Genoma Humano (NHGRI), ha liderado en los últimos años, desde la iniciativa pública, las investigaciones para elaborar el denominado Mapa del Genoma Humano, que identifica los cerca de 35.000 genes que gobiernan el funcionamiento de cada ser humano.
Collins se ha destacado como un defensor de compartir la información libremente y sin costos por toda la humanidad, aunque la culminación del trabajo, que concluyó el 12 de febrero de este año, hubo de contar también con empresas, como Celera Genomics, que comercializa sus descubrimientos.
Aristedes Patrinos, de la Oficina de Salud del Departamento de Medio Ambiente, que también ha participado en el proyecto del genoma, defendió por su parte la privacidad de la información que proporcionan los análisis genéticos, para evitar discriminaciones.
"Yo perdí mi seguro médico, cuando trabajaba en una empresa, porque me fue diagnosticada una enfermedad crónica. Así que los abusos y las discriminaciones tocan mi corazón de una manera particular", explicó el investigador.
Tras la culminación del Mapa del Genoma Humano, que permite identificar qué genes han mutado o están predispuestos a hacerlo, con el consiguiente riesgo de enfermedades, numerosos científicos y expertos han llamado la atención sobre los aspectos éticos que comporta.
Una persona podría ser despedida de su trabajo si se conoce su tendencia a desarrollar esquizofrenia, o podría perder su seguro médico si se sabe que puede desarrollar una enfermedad crónica que precisará un largo y costoso tratamiento.
"La sociedad tiene que reunirse en comunidades que debatan acerca del Proyecto del Genoma Humano, porque los científicos conocemos cuáles son los principios que rigen la naturaleza, pero no sabemos cuáles son sus límites" y deben ser acordados y establecidos, afirmó Francis Collins.
El ser humano, su funcionamiento y algunas de las enfermedades que le afligen, se rigen por la información codificada en su ADN, un conjunto de instrucciones que se repiten en cada célula y se reparten entre sus cromosomas.
Cada célula del cuerpo humano contiene la misma cadena lineal de unos 3.000 millones de letras que, combinadas y unidas entre si, forman el ADN, al que también se ha llamado "El libro de instrucciones de la vida".
"Sin embargo, leves variaciones -ha explicado Collins-, tan leves como un cambio en una simple letra, pueden proporcionar claves sobre quien tiene un riesgo mayor o menor de enfermedades como el cáncer de próstata, de mama, la diabetes o la hipertensión".
La información genética, según el científico, "es estrictamente privada y requiere que todos compartamos la responsabilidad de entender su valor y protegernos contra un uso equivocado".
"La genética no puede convertirse en el equivalente biológico del pecado original", en el que una persona pueda quedar marcada por la predisposición a una enfermedad que se esconde en sus genes, manifestó Francis Collins.