SAN FRANCISCO.- Los ataques de virus y piratas informáticos del pasado podrían ser una minucia comparados con la amenaza terrorista contra la red, advirtió el Gobierno de EE.UU., que está pidiendo a la industria que incremente la seguridad en Internet.
"Nuestros enemigos utilizarán nuestra tecnología contra nosotros. Puede que no sean capaces de construirla, pero sí son capaces de entenderla", dijo Richard Clarke, consejero del presidente George W. Bush en materia de seguridad en el ciberespacio.
Las palabras de Clarke no hacen sino confirmar lo que muchos en la industria se estaban temiendo: el Gobierno se está poniendo más y más nervioso ante la innegable vulnerabilidad de la red y está pidiendo a gritos a las tecnológicas que dediquen más fondos para tapar los "agujeros" de Internet.
"Nuestra infraestructura de telecomunicaciones es frágil, porque cuando la construimos no teníamos planeado lo que iba a ser capaz de hacer en el futuro", señaló Clarke en el transcurso de una reciente conferencia organizada por Microsoft en Palo Alto (California).
El consejero dio un "rapapolvo" a los líderes del sector por la falta de recursos que dedican a la seguridad.
Paradójicamente, Clarke también tiró por tierra una de las pocas ideas que habían contado con el consenso de Silicon Valley: la creación de un carné de identidad nacional.
Desde que el presidente de la compañía líder en bases de datos Oracle lanzó la propuesta -comprometiéndose a ofrecer el software gratis- la idea ha ido ganando adeptos, desde la senadora por California Dianne Feinstein hasta el presidente de Sun Microsystems, Scott McNealy.
Clarke aseguró que no había hablado con un solo funcionario que apoyase esta idea, aunque reconoció que la Administración todavía no ha tomado una solución formal al respecto.
El consejero también aprovechó la conferencia para sacar de nuevo a colación la propuesta de creación de GovNet, una red que se convertiría en un canal propio para el Gobierno separado de Internet.
Este canal no reemplazaría a Internet, pero sí crearía redes internas o 'intranets' especiales para funciones como controlar el tráfico aéreo.
La idea no está exenta de críticos. Muchos expertos piensan que GovNet no sería inmune a los virus informáticos, mientras que otros creen que tampoco se libraría de ataques internos ya que los empleados siempre podrían copiar archivos en un simple disquete o atacarla desde dentro.
Lo más probable es que haya debate sobre GovNet para rato. En lo que sí hay consenso es en el reconocimiento de la fragilidad de Internet y, consecuentemente, en la necesidad de regulación adicional.
Michael O’Neill, del grupo de presión Estadounidenses para la Privacidad de la Informática, avisó a la industria de que el Gobierno se está impacientando en lo que considera una "falta de progresos" en materia de seguridad y que quiere ver resultados ya.
El fantasma de la regulación desde el Gobierno del que advirtió O’Neill siempre ha causado pánico a la industria tecnológica.
En la Administración del presidente Bill Clinton se estudió la posibilidad de incrementar la seguridad para proteger los datos de los consumidores que compran por Internet, pero con la Administración Bush la idea quedó relegada.
Lo que ocurre ahora es que ya no sólo está en juego la información comercial, sino que también los datos del Gobierno podrían estar en peligro.
Muchos dudan de que esta seguridad adicional, que por otra parte apenas
si se ha definido, vaya a ser efectiva.
Ni siquiera el propio O’Neill, que piensa que "más tarde o más temprano el Congreso establecerá medidas de seguridad no porque vayan a ser efectivas, sino porque necesitan hacer algo".