WASHINGTON.- La sonda estadounidense Génesis alcanzaba este viernes una órbita entre la Tierra y el Sol que le permitía comenzar su recolección de partículas de viento solar, una verdadera cosecha que, una vez traída a la Tierra en 2004, ofrecerá respuestas sobre la formación del sistema solar, según la NASA.
La sonda recorrió 1,5 millones de kilómetros para alcanzar esta órbita tan particular, donde las atracciones gravitacionales de la Tierra y del Sol se compensan exactamente: el punto de Lagrange L1.
Para estabilizar la Génesis, los ingenieros de la NASA deben accionar un comando de la sonda, desencadenando el funcionamiento de sus fuertes motores durante 267 segundos.
"Es una maniobra crucial para Génesis, que ubica la sonda en una órbita formando cinco círculos alrededor de L1, donde vamos a recolectar las partículas de viento solar", explicó el director de la misión, Chester Sasaki.
Génesis comenzará su misión científica en los próximos días, según el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena (California, oeste), centro de control de la misión.
La NASA abrirá el 30 de noviembre la cápsula destinada a regresar a la Tierra con sus muestras. Más adelante, serán desplegados los paneles para recolectar las partículas.
La sonda de 494 kilos tiene dos paneles solares y una buena cantidad de instrumentos entre los cuales se cuentan las pantallas del tamaño de una rueda de bicicleta, compuestas de diamante, oro, silicio y zafiro, encargadas de atrapar las partículas ionizadas.
Génesis, lanzada desde el Centro Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida, sudeste) el 8 de agosto, regresará a la Tierra en 2004, tras 32 millones de kilómetros recorridos. Traerá de 10 a 20 microgramos de estas partículas invisibles, primeros materiales extraterrestres recolectados más allá de la órbita lunar.
"La composición de los vientos solares nos va a enseñar sobre las capas externas de la superficie del Sol, que es como la de la nebulosa solar a partir de la cual se formaron los planetas", explicó Donald Burnett, director científico de la misión Génesis, durante el lanzamiento.
El fin de esta misión en 2004 estará lleno de suspenso. La sonda, tras reingresar a la atmósfera, desplegará un inmenso paracaídas y será recuperada en pleno cielo por la tripulación especialmente entrenada de un helicóptero, una maniobra de precisión destinada a evitar un impacto con el suelo que perturbaría las partículas.