BOONESBORO.- Andy McMurry se considera un artista abstracto, pero su medio preferido de expresión no son los lienzos ni los pinceles, sino las ovejas.
McMurray tiene un rebaño de 400 ovejas que ha criado en su granja y que nacen ya con lanas de diversos colores, desde el marrón, el negro y el gris hasta un tono de azul o un toque de rojo.
La lana trasquilada de las ovejas es utilizada por la madre del granjero, Elzan McMurry, para hacer bufandas y otras prendas de ropa confeccionadas con lanas de color natural, que mantienen sus diversos tonos sin necesidad de tintes.
"He criado esas ovejas justamente porque es como si estuviera pintando con ellas (...). Es una expresión totalmente artística", dijo el granjero de 33 años, que también pinta lienzos decorativos.
En el terreno de la ganadería ovina, donde la lana blanca es considerada la mejor y las ovejas son criadas mayormente para aprovechar su carne, un grupo de granjeros especializados crían este tipo de animales para obtener lanas de colores.
La Asociación Nacional de Criadores de Lana de Color tiene menos de 650 miembros, muchos de los cuales simplemente crían este tipo de oveja por afición y sólo cuentan con rebaños pequeños.
Según la Asociación Norteamericana de la Industria Ovina, existen hoy día en el país alrededor de 66.000 criadores de ganado lanar.
McMurry se interesó en las ovejas a los 19 años, mientras participaba en un programa de intercambio agrícola en 1988 en Nueva Zelanda, uno de los principales países productores de ganado lanar.
Antes de regresar a Estados Unidos, McMurry compró siete ovejas neocelandesas de distintos colores -un macho y seis hembras preñadas- y las trasladó en barco a Canadá, desde donde las trajo a su granja cerca del Río Missouri.
A partir de esas primeras siete ovejas, McMurry ha mezclado sus crías y ha generado así nuevos colores y texturas, y ha mejorado la genealogía de aquellos colores que considera más atractivos.
El granjero dice que la lana de sus ovejas es más limpia que la de otros rebaños similares debido a su dieta, que es particularmente cuidadosa.
McMurray apenas alimenta sus ovejas con heno o con granos, sino que utiliza como forraje hierbas y semillas nativas, especialmente plantadas para ellas.
Con ayuda de un préstamo de instituciones estatales, McMurray compró hace tres años un telar, que ahora su madre utiliza para confeccionar prendas de ropa en lo que antes era un galpón para vacas lecheras.
Los McMurrays venden sus productos en las tiendas locales y a través de la Internet bajo la marca de Genopalette, una alusión a una paleta de colores producida por medios genéticos.
Sus catálogos, tanto los ejemplares impresos como los que están disponibles en su página cibernética, recalcan no sólo los colores naturales y las finas texturas, sino también los métodos naturales utilizados para la cría de las ovejas.