CANNES.- Aunque la euforia de los negocios digitales está en declive y el “fenómeno Napster” ha tocado fondo, la industria discográfica, reunida en el MIDEM, sigue apostando por internet como canal de distribución musical y predice que el disco compacto acabará por desaparecer.
La tercera edición del MIDEMnet, celebrada hoy en Cannes (Francia) en la jornada previa a la apertura del principal mercado discográfico del mundo, reunió a responsables de multinacionales de telecomunicaciones, tecnología y del disco para abordar los desafíos en el desarrollo de la música “on line”.
Un ámbito en el que Napster, con su sistema de intercambio gratuito de archivos, rompió moldes y llegó a tener 60 millones de usuarios antes de que las discográficas emprendieran la batalla contra un intruso que les ocasionaba pérdidas millonarias.
Napster fue cerrado por orden judicial en julio pasado y los cinco gigantes de la industria discográfica acaban de lanzar, en diciembre, sus propias plataformas de música en la red, eso sí, mediante pago por suscripción y con caducidad de las descargas.
“De lo que se trata es de reconducir un modelo de negocio que no ha evolucionado correctamente”, señaló el responsable de Nuevos Medios de EMI, Ted Cohen, “pero para ello -agregó- hay que transformar a los ’napsters’ (consumidores de música gratis en internet) en clientes”.
El reto no es fácil pues, según datos divulgados en el MIDEMnet, hace sólo un año había un 74 por ciento de usuarios de internet que se declaraban poco dispuestos a pagar por escuchar o descargar música en la red, y aunque la tendencia se ha corregido en los últimos meses, el modelo está lejos de implantarse.
Según Kevin Conroy, presidente de AOL Music, “la música on line acabará por ser la tendencia mayoritaria” y ello por un simple motivo: “es más rápido, más barato y ofrece muchas ventajas”.
Por ejemplo, explicó Conroy, “permite integrar audio, vídeo, foto y texto en un formato, o hacer promociones especiales y estrenos previos a que los discos lleguen a las tiendas”. “En lo que trabajamos -prosiguió- es en crear una audiencia para ese producto”.
EMI y AOL participan, junto con BMG, en la plataforma Musicnet, lanzada de momento en EEUU y que propone por algo más de once euros al mes un paquete de cien canciones para descargar al disco duro (downloading) y otras cien para escuchar (streaming).
La otra plataforma es Pressplay, y nació de un acuerdo entre Vivendi-Universal y Sony. Ofrece varios paquetes, de los que el más barato (también unos once euros) comprende 300 escuchas y 30 descargas al mes.
Otras tendencias que generan amplias expectativas en el mercado musical son la “movilidad” -en el MIDEMnet se presentaron aparatos de última generación- y la radio personalizada, con paquetes a gusto del oyente, según expusieron los participantes en los debates.
En el foro se discutió sobre derechos de autor, el reto de definir las normas jurídicas para la distribución de la música on line o el reparto de beneficios entre sellos, editores, artistas, distribuidores y empresas tecnológicas.
Además, seis adolescentes dieron su opinión sobre la música on line, se abordaron los nuevos métodos de desarrollo artístico por internet y el cantante del grupo “Marillion”, Steve Hoghart, presentó su propio proyecto.
Algunos participantes se encargaron de recordar que, si bien Napster se ha adaptado al mercado, sus sucesores, como MusicCity o Kazaa, siguen propiciando el intercambio de música gratuita, pero los empresarios del sector son optimistas.
“Nada es perfecto al principio. Hasta la televisión, al principio era en blanco y negro y tenía las horas de programación limitada”, dijo Conroy.