SEATTLE.- Científicos que investigan el sida anunciaron hoy que han desarrollando nuevas vacunas y fármacos para atacar al virus VIH y, aunque aún no logran prevenir la enfermedad, pueden mantener a raya a uno de los virus más peligrosos conocidos.
En la Novena Conferencia Anual de Retrovirus y Enfermedades Oportunistas, que se celebra en Seattle, investigadores de la compañía Merck mostraron hoy los resultados esperanzadores que ofrece una vacuna diseñada para estimular el sistema inmune.
La vacuna contiene un gen, llamado gag por la proteína que controla, que estimula la respuesta inmune en los enfermos e incrementa su número de células T, un tipo de glóbulos blancos que matan a los virus.
El virus del sida utiliza precisamente estas células T para reproducirse dentro del cuerpo humano. Se fija a la cubierta de la célula a través de dos receptores (CD4 y CCR5) y, una vez dentro, usa unas enzimas de la propia célula defensora para copiar su material genético y reproducirse.
La firma Bristol-Myers Squibb ha creado un medicamento que impide al virus fijarse al receptor CD4, mientras que la empresa Schering Plough investiga con otro que dificulta la unión del virus al CCR5.
Los dos fármacos, según han explicado en Seattle investigadores de ambas compañías, son la nueva generación de "bloqueadores de los receptores", las "puertas" o "muelles de anclaje" que utiliza el virus en su aproximación a las células del sistema inmune.
Cuando el virus penetra en esas células desarma buena parte de las defensas del organismo humano y está libre para multiplicarse o replicarse y hacer copias de sí mismo.
La Novena Conferencia de Retrovirus de Seattle reúne durante cuatro días en la costa oeste de EE.UU. a cerca de 3.500 investigadores del sida en todo el mundo.
En este foro se presentan las líneas más novedosas en la batalla que se libra contra el sida, que ha infectado ya a casi 45 millones de personas en todo el mundo, de los que 22 millones han muerto.
Tamio Fujiwara, de la firma Shionogi, ha informado sobre los avances con otro tipo de medicamentos contra el sida, denominados "inhibidores de la integrasa".
La integrasa es una de las tres enzimas que utiliza el virus del sida para fundir su material genético con el de la propia célula y crear así nuevas partículas.
Según Fujiwara, el componente desarrollado por su compañía interfiere con esa enzima y ha demostrado ser eficaz en experimentos realizados con ratones. Los experimentos con seres humanos están a punto de empezar.
Los medicamentos que inhiben el funcionamiento de las enzimas fueron los primeros en desarrollarse, pero se centraban más, como el conocido AZT en la "transcriptasa reversa", otro de los catalizadores biológicos de las células.
La tercera generación conocida de inhibidores son los de la proteasa, entre los que destaca el medicamento conocido como "tipranavir".
Desde otra óptica, la compañía farmacéutica alemana Boehringer-Ingelheim, ha anunciado hoy que el "tipranavir" parece funcionar mejor en pacientes cuyos virus han desarrollado resistencia a otros medicamentos.
El problema de la resistencia es uno de los principales a los que se enfrenta la lucha contra le sida, porque el virus muta rápidamente y desarrolla cepas resistentes a cada uno de los medicamentos. De ahí la necesidad de tratar al enfermo con una mezcla o "cóctel" de fármacos.
En la actualidad existen al menos 15 medicamentos diferentes para tratar el sida, la mayoría de ellos inhibidores de las enzimas y bloqueadores de los receptores.
Investigadores del gobierno de EE.UU. manifestaron ayer que una de las investigaciones que se llevaban a cabo para desarrollar una vacuna contra el sida ha sido paralizada, tras comprobarse que no promueve la estimulación del sistema inmune que se esperaba.
Pese a este freno en la investigación, los científicos que trabajan contra el sida han anunciado en Seattle que las nuevas generaciones de medicamentos y de vacunas están cercando al virus en diferentes momentos del contagio y que los nuevos métodos ofrecen esperanzas contra esta enfermedad.