CABO CAñAVERAL.- Los astronautas del trasbordador espacial Columbia se despidieron el sábado del Telescopio Espacial Hubble tras cinco días de desafiantes mejoras y reparaciones que lo dejaron 10 veces más poderoso que antes.
"Buena suerte, Mr. Hubble", dijo el astronauta John Grunsfeld mientras el brillante observatorio de cuatro pisos se achicaba contra el horizonte. Grunsfeld fue uno de los cuatro astronautas divididos en tripulaciones de dos hombres que participaron en caminatas espaciales para reparar el Hubble.
Los equipos de dos hombres realizaron caminatas en días alternativos durante cinco días consecutivos, pasando un total de 35 horas afuera de la seguridad de la cabina del Columbia.
Removieron los característicos paneles de energía solar de 12 metros del Hubble, tan altos como el observatorio mismo, y los reemplazaron con paneles dorados casi la mitad más pequeños, pero capaces de producir del 20 al 30 por ciento más energía.
El Hubble los necesitará para que funcione todos los aparatos agregados a esta misión, incluso un nuevo instrumento de timón giroscópico, una nueva cámara avanzada para mediciones cósmicas y un sistema experimental de refrigeración que podría ayudar a revivir un largamente dormido espectómetro infrarrojo a bordo.
Con sus nuevos instrumentos, la NASA espera que el Hubble pueda fotografiar las regiones más profundas del universo.
Como se necesitan años-luz para llegar al Hubble desde las estrellas más cercanas, el Hubble actúa como una especie de máquina del tiempo que puede llevar a los astrónomos al pasado.
Con sus mejoras, la NASA espera que el Hubble pueda revelar cómo se formaron las primeras galaxias, cómo brillaron las primeras estrellas y quizás la primera luz del universo.