WASHINGTON.- Bill Gates, figura señera del gigante de la informática Microsoft, entrará a la arena el lunes en Washington para defender a su grupo ante un tribunal, contra las sanciones antimonopolio reclamadas por nueve Estados de la Unión.
El cofundador de Microsoft estaba en la lista de los treinta potenciales testigos del grupo, pero su llegada a Washington con ese propósito era considerada hasta ahora como muy poco probable. También se espera la presencia de Steve Ballmer, presidente del grupo, en este proceso que el lunes entra en su sexta semana.
"Nadie entiende este tema mejor que Bill Gates", declaró Jim Desler, portavoz de Microsoft, al anunciar el viernes su comparecencia.
Gates, quien dejó en enero de 2000 la gestión diaria de la firma en manos de Ballmer para convertirse en "gran arquitecto de programas", no fue testigo en persona en el primer proceso antimonopolio iniciado por el Gobierno Federal contra Microsoft (1998-2001).
Pero la difusión por parte del gobierno de la cinta de video con su testimonio desde el inicio de los debates perjudicó considerablemente a la defensa.
En la grabación, el hombre más rico del mundo, con una fortuna estimada en unos 53.000 millones de dólares, aparecía arrogante, poco cooperativo y extrañamente poco informado sobre numerosas estrategias de su grupo.
En 2000, el grupo fue reconocido culpable de prácticas monopólicas con su sistema operativo estrella Windows, un programa que está en nueve de cada diez computadoras en el mundo.
Los abogados de Microsoft esperan poder hacer olvidar esa pobre actuación y convencer a la jueza Colleen Kollar-Kotelly que las sanciones que los Estados reclaman son injustificadas y excesivas.
Los Estados litigantes son los que rechazaron el acuerdo amistoso al que llegó Microsoft con el gobierno estadounidense y otros nueve Estados en noviembre de 2001 y exigen particularmente que la empresa sea obligada a ofrecer una versión "adaptable" de Windows además de la versión tradicional que incluya funciones como la navegación en internet y el servicio de correo electrónico.
La versión simple podría ser personalizada según las necesidades de los usuarios, que podrían elegir incorporarle programas de empresas competidoras.
Ballmer señaló que Microsoft se vería entonces "obligado a retirar Windows del mercado", en perjuicio de los "120 a 130 millones de personas en el mundo" que comprarán este año una computadora equipada con Windows.
Durante su testimonio, Gates declarará sobre "la evolución de la industria del PC y el papel esencial que Microsoft, los fabricantes de computadoras y los vendedores de programas jugaron para convertir a la informática en algo accesible para los consumidores y hacer de la tecnología un motor de crecimiento", señaló el portavoz Desler.
"Hablará de los perjuicios que podrían causar las propuestas de sanciones de los Estados a los consumidores y a la industria", añadió.
La juez Kollar-Kotelly deberá decidir, durante las audiencias que durarán cerca de tres semanas, si impondrá o no sanciones a la empresa, y en el caso de hacerlo, cuáles serían. También deberá decidir si aprueba o no el acuerdo amistoso.
"Si el mensaje que Microsoft quiere enviar es que respetará las leyes y que las sanciones son a la vez injustas e impracticables, Bill Gates es quien debe decirlo de forma convincente a la juez", estimó Andy Gavil, profesor de derecho en la universidad Howard de Washington.
"Pero tampoco una actuación con resultados nada aceptables será un argumento evidente para adoptar las sanciones propuestas", subrayó.