LONDRES.- El consumo de alimentos ricos en soja puede reducir en las mujeres el riesgo de contraer cáncer de mama, según un estudio publicado hoy en la revista científica británica "Cáncer Epidemiology, Biomarkers and Prevention".
Las mujeres que consumen una dieta rica en soja tienen menos posibilidades de desarrollar el tejido "compacto" asociado al cáncer de mama, según la investigación, desarrollada por la organización británica Cancer Research UK, la Universidad Nacional de Singapur y el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU.
Anteriormente, algunos científicos habían relacionado la soja con los bajos índices de cáncer de mama registrados en países como China y Japón, consumidores habituales de esa planta, pero las pruebas presentadas hasta ahora habían sido poco concluyentes.
Sin embargo, los responsables de dicha investigación dicen haber demostrado esa relación tras examinar los resultados de dos estudios hechos sobre la dieta y las mamografías de 406 mujeres residentes en Singapur.
Según sus indagaciones, las mujeres que comían soja de forma regular tenían un cuarenta por ciento de posibilidades de padecer dicho mal cancerígenos, en comparación con el sesenta por ciento atribuido a aquellas mujeres reacias a probar ese alimento.
Esa acción preventiva de la soja -sostienen los responsables del estudio- se debe a la actividad de sus isoflavonas, un sustancia química con un comportamiento similar al de los estrógenos, las hormonas femeninas que dejan de segregarse tras la menopausia.
Así, las isoflavonas actúan en el organismo de la mujer supliendo en parte el papel de los estrógenos, cuya desaparición durante la menopausia puede provocar desde sofocos y sudoraciones a osteoporosis y cáncer.
A la vista de estas conclusiones, el doctor Paul Nurse, de Cancer Research UK, señaló que la investigación "hace una importante contribución" al estudio de la relación entre la dieta y el cáncer y "puede abrir nuevos caminos para la prevención del cáncer".
El cáncer de mama, el mal cancerígeno más común entre las mujeres, afecta cada año en el Reino Unido a cerca de 40.000, a quienes en su gran mayoría se les diagnostica el padecimiento tras llegar a la menopausia.