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Teléfonos que navegan por WiFi y GSM llegan a Chile

Paralelo al mundo de la información se está gestando un nuevo microuniverso en la red. Se trata de la “geoweb” o mapas virtuales. No son una herramienta nueva, pero desde Google Earth se desató la locura.

27 de Septiembre de 2006 | 12:29 | Pamela Carrasco T. - Chile Tecnológico

SANTIAGO.- Ya no se necesitan brújulas. Hoy el instrumento guía es el mouse. Es que en estos tiempos nadie que tenga en su poder una pantalla de computador y conexión a internet puede perderse.


Porque aunque nunca haya estado en Nueva York, hoy cualquier hijo de vecino puede saber exactamente la calle en que está el mejor restaurante de sushi de la ciudad, conocer a la perfección los recorridos del Metro o saber cómo llegar desde su hotel al Central Park.


Todo está en el mundo virtual, que está cada vez más plagado de estos cibermapas que permiten transportarse a otros y sentir como si estuviéramos en otro lugar del planeta (o fuera de él) sin movernos.


Como lo ha citado Francis Pisani, se trata del maravilloso mundo de las “geoweb”, donde la representación de la información geográfica se vuelve una herramienta social.


Nada nuevo bajo el sol


“La manera en la cual manejamos la locación en nuestra vida personal tanto como en nuestra cultura está llegando al mundo digital”, dice David Sonnen, presidente de Integrated Spatial Solutions. Y agrega: “A cualquier lugar que vayamos hay una nube de información propia de la localización disponible en la red. Estamos empezando a usarla. Está alcanzando el mundo real a la vez que agrega sus enormes capacidades comunicativas”.


Las perspectivas comerciales parecen significativas, como lo acaba de demostrar la segunda Where 2.0 que tuvo lugar en junio, en San José, California, en pleno corazón de Silicon Valley.


Las decenas de programas y técnicas mostradas se reparten en dos grandes categorías: las representaciones gráficas del mundo real y las técnicas de localización de objetos y personas. Estas son a la vez más prometedoras económicamente y un poco menos desarrolladas.


Pero no se trata de un fenómeno nuevo. Los geógrafos llevan años usando computadores para hacer su trabajo, pero el giro en la historia se dio el día en que Google Maps permitió desplazar el mapa en la pantalla con un sencillo gesto del mouse (y luego al abrir los API, Application Programming Intercale, que permiten a los desarrolladores modificar dichos mapas de manera relativamente sencilla).


En 2005 Google lanzó su Google Earth, un impresionante programa que permite sobrevolar la Tierra y jugar por sus relieves. La información disponible hoy corresponde al 20% de las tierras emergidas y al 30% de la población mundial. La gente empezó a descargarlo, a usarlo y a poner etiquetas, informaciones y fotografías, y el programa se posicionó como una potente herramienta de escritorio. El nuevo servicio ofreció un acceso rápido, de gran disponibilidad, a una información global basada en imágenes aéreas o de satélite y cartografía, integradas con una interfaz de usuario muy atractiva.


Suma y sigue


Comenzó la avalancha. Con Sketchup, un programa asociado, podemos interactuar con ese mundo virtual y construir edificios en donde queramos, creando nuevos universos.


Microsoft está cerca con su Virtual Earth (virtualearth.msn.com), cuya misión es crear acceso global al conocimiento local. La gran diferencia es que no obliga a bajar ningún programa.


Empresas establecidas, startups e individuos audaces están compitiendo en el esfuerzo para colonizar la geoweb. Resulta intelectualmente fascinante constatar que nadie sabe cómo los usuarios terminarán usando los mapas puestos a su disposición, pero montar un negocio sobre tal incógnita puede albergar sorpresas que no siempre serán positivas.


 Por ejemplo, las autobiografías basadas en los datos geográficos (lugar donde vivo, trabajo, etc.) están teniendo mucho éxito en este nuevo mundo como verdaderas postales modernas.


También en el sistema solar


Los mapas virtuales no sólo reinan en nuestro planeta. Es el caso de Magrathea, el primer motor de búsqueda en 3D del sistema solar. Ideado por estudiantes franceses de ingeniería informática, reproduce la topografía de los planetas en tiempo real. Los estudiantes reconstruyeron planetas y estrellas a partir de información topográfica real de la Tierra, la Luna, Marte o Venus. Cada planeta posee una atmósfera realista que puede ser vista tanto desde su órbita como desde su interior, como si estuviéramos ahí. La visión se puede definir de tal forma que es posible cambiar el color de la atmósfera de la Tierra o de Marte. Soportado en open-source, también han creado un wiki y una página de desarrollo del proyecto, que puede ser compartida por otros internautas.

Recuadro 1

 
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