NUEVA YORK.- La carrera para digitalizar y poner en internet obras literarias de todo el mundo enfrenta al gigante Google con una vasta coalición anti-Google respaldada por sus rivales Yahoo y Microsoft.
A fines de agosto, Google relanzó su proyecto Google Book Search, iniciado en 2004 con el ambicioso objetivo de llevar todas las obras literarias existentes a formato digital y hacerlas accesibles en la red.
Google ha alcanzado acuerdos con la New York Public Library y grandes universidades como Harvard, Oxford, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de California para incluir sus colecciones a su biblioteca virtual.
A mediados de octubre, la Universidad de Wisconsin permitió al gigante de internet acceder a su extensa selección de trabajos históricos.
También ha almacenado en su base de datos obras clásicas de dominio público, junto con libros con derecho de autor, enviados con o sin el permiso de los editores.
Permite buscar por palabras clave, género y autor para encontrar trabajos, en contraposición al clásico sistema de revisar tarjetas de cartón en los índices de las bibliotecas.
Google defendió el "derecho a la cita" para tomar resultados de búsqueda de libros.
El proyecto de biblioteca virtual generó la protesta de editores y autores, que señalaron que Google no tenía el derecho de apropiarse de sus trabajos para distribuirlos gratis en internet.
Google también rechazó las acusaciones de que favorecía las obras en inglés, por tener su sede en Estados Unidos, y prometió que pronto sacará un Google Book Search en francés.
En oposición al proyecto, especialmente de parte de editores franceses y estadounidenses, un grupo de editores de libros crearon la Open Content Alliance (OCA, Alianza de contenido abierto) en octubre de 2005.
La OCA es una organización sin fines de lucro que abarca a universidades, fundaciones y procesadores de datos para crear un "fondo común" de libros digitalizados accesibles en internet para ser descargados o impresos.
La colección propuesta -en base a contribuciones de los miembros- consistiría en 35.000 obras, incluidas las de precursores como el Proyecto Gutenberg.
"La cuestión es si el conocimiento del mundo será propiedad de una compañía privada o abierto a todos", dijo el fundador de Open Content Alliance, Brewster Kahle, a la AFP. "Google cree que público es privado", agregó.
"Todos pueden ganar dinero con esto", dijo Kahle, presidente de un sitio llamado Internet Archive. "Esperamos ver muchos motores de búsqueda".
Inicialmente respaldado por Yahoo, que debía adaptar un motor de búsqueda y brindar financiamiento para convertir 18.000 libros a formato digital, pronto se sumó a la alianza el gigante tecnológico Microsoft.
El gigante informático prometió contribuir con 150.000 librios digitalizados a la colección OCA. Microsoft también planea lanzar su propio motor de búsqueda de libros denominado Windows Live Books Search "a fin de año", y comenzó a crear su propia colección de trabajos.
Microsoft siguió el ejemplo de Google pidiendo a los editores que den sus libros para convertirlos a formato digital gratis.
A mediados de octubre, la compañía firmó un acuerdo con Kirtas, fabricante de escáners de alta velocidad capaces de digitalizar un libro mediano en ocho minutos.
También acordó digitalizar los contenidos de la biblioteca de la Universidad Cornell.
Ni Google ni Microsoft han revelado cuántos libros digitalizaron ya. "Miles", se limitó a indicar Google.
Hay mucho dinero en juego, producto de los posibles ingresos por publicidad vinculados a las búsquedas de libros.