HOUSTON.- El jefe científico de la misión del explorador “Opportunity” de la Nasa que investiga el planeta Marte, anunció que se está contemplando la alternativa de enviar al robot dentro de un gran cráter sin posibilidades de retorno.
La decisión podría obligar al robot a pasar sus últimos días explorando el cráter Victoria, una depresión de 60 metros de profundidad en las planicies de Marte.
Steve Squyres dijo que posiblemente el “Opportunity” sería enviado a explorar el cráter, aún si no se encuentra una ruta de salida. Sin embargo, subrayó que su equipo se esforzaría por encontrar primero una ruta de salida.
El “Opportunity” ha explorado otros cráteres en la planicie, de hecho, descansó en uno después de descender a la superficie marciana en enero de 2004. No obstante, el cráter Victoria es una propuesta mucho más desafiante.
"Tienen que darse cuenta de que este es un cráter muy, muy grande para un pequeño explorador como éste. La cosa más grande que hemos explorado con el “Opportunity” ha sido el cráter Endurance, que tiene 150 metros de diámetro. Este es seis veces más grande, así que es enorme", dijo el científico.
Squyres explicó que “hemos encontrado una manera de entrar, pero no una de salir. Resulta que este explorador es mejor yendo de bajada que de subida".
"No quiero que vayamos a este cráter antes de que hayamos encontrado una salida o de que, de alguna manera, nos hayamos convencido de que no existe una forma de salir. En otras palabras, quiero entrar con conocimiento de las consecuencias", dijo. “Pero incluso si nos damos cuenta de que no hay salida, quizá entremos de todos modos, porque hay mucho por ganar", expresó.
El cráter tiene altas paredes con capas de roca a la vista que revelarían nueva información significativa sobre el pasado geológico del planeta.
"Lo que Victoria ofrece, antes que nada, es que es varias veces más profundo que cualquier cosa que hayamos visto antes, así que vamos a tener un registro geológico más extenso", dijo el investigador.
"Lo otro es que debido a que el Victoria es un cráter tan grande con tantos puntos en su borde en donde podemos hacer algo de geología, no sólo podemos mirar a sus variaciones verticales, sino también a las horizontales, algo que no podíamos hacer antes", sostuvo.
Esto permitiría a los científicos rastrear cómo las características de una unidad particular de rocas cambian con la distancia. Por ejemplo, puede dar información sobre la extensión y las formas de antiguas dunas marcianas.
El investigador principal del programa del explorador dijo que el “Opportunity” apenas había empezado una circunnavegación parcial en el sentido de las manecillas del reloj alrededor del cráter de 800 metros de diámetro para tener una visión de su geología.
El profesor Squyres también habló sobre la futura exploración del planeta rojo, en el que además de investigar la superficie, una misión para regresar muestras de rocas marcianas a la Tierra debería estar en primer lugar de la lista de prioridades.
"Creo que va a ser particularmente importante traer las rocas de regreso. Soy un gran entusiasta de la exploración robótica in-situ; eso es lo que hago. Pero los mejores instrumentos científicos siempre van a estar en los laboratorios de la Tierra", dijo.
Agregó que “las muestras que se traen son una especie de regalo que sigue teniendo qué dar. Si no se usan por completo al traerlas, entonces se guardan muestras para que puedan seguir aquí por otra generación, para cuando haya una nueva generación de científicos y de instrumentos".
Esto, dice, podría ser vital para responder a las preguntas de si alguna vez hubo vida en el planeta rojo y exactamente cuán antiguas son las rocas marcianas.
El “Opportunity” ha estado explorando las planicies de Marte desde enero de 2004. Su “gemelo", el explorador Spirit, que continúa explorando el cráter Gusev en el otro lado del planeta.
Los dos robots han continuado trabajando mucho más allá de los tiempos estipulados para sus misiones. Por ahora, los dos están funcionando bien, pese a que muestran algunos signos de desgaste.
El Opportunity ha encontrado pruebas fehacientes de que aguas poco profundas fluían periódicamente hace millones de años sobre la zona que estudia, informó la BBC.