SANTIAGO.- Como un primer paso necesario, pero insuficiente, catalogó la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI) el rápido despacho de los trámites parlamentarios de la ley que rebaja y uniforma el impuesto a la importación de software, asesorías tecnológicas y patentes, estableciendo este arancel en 15%.
“ACTI ha criticado en dos focos el proyecto”, explica Aldo Signorelli, gerente general de la Asociación. “Primero, respecto del monto, que sólo rebaja a la mitad el arancel y no lo elimina. Y segundo, respecto del alcance, pues el marco de incentivos para la competitividad debería derogarlo para que prime el valor agregado de cada producto y no una diferenciación tributaria que proteja a la industria. Si no podemos ganar mercado por nuestra calidad, mal podremos ser un país competitivo como plataforma de servicios”.
Según el ejecutivo, esta rebaja de arancel beneficia principalmente a aquellas compañías integradoras de soluciones complejas y sofisticadas que incluyen partes de software extranjeros. “El precio final del software empaquetado, en tanto, no experimentará modificación alguna, puesto que los grandes distribuidores ya traspasaron a sus clientes la rebaja derivada de las políticas públicas de tratados de libre comercio y doble tributación firmados en las últimas décadas”.
Mientras la ley aún estaba en trámite, ACTI hizo llegar al Ministerio de Hacienda - impulsor de la iniciativa en el marco del plan Chile Compite- y al Parlamento una serie de comentarios en torno a la normativa, referentes a los ámbitos de la propiedad intelectual y a los conceptos que definen el software. Estos últimos dicen relación con la dificultad de que un proyecto de ley pueda definir toda la variedad de herramientas de software sin correr el riesgo de quedar obsoleto en el corto plazo, comentario que quedó en la historia de la ley y que podría facilitar su interpretación.
Raúl Ciudad, presidente de la gremial tecnológica, explica que “las propuestas de ACTI en el ámbito de propiedad intelectual no fueron acogidas en vista de que se trata de un proyecto tributario. Ahora canalizaremos nuestras inquietudes sobre este aspecto a través del Consejo de Innovación para la Competitividad que ha asumido este tema”.
Recientemente y con la participación de ACTI A.G., la Cámara de la Producción y el Comercio (CPC), entregó una serie de propuestas para transformar a nuestro país en una plataforma de negocios y servicios, entre las cuales se encuentra la necesidad de eliminar definitivamente el impuesto al software con el fin de incentivar el desarrollo de la industria tecnológica y el abaratamiento de los costos necesarios para llevar a cabo emprendimientos en Chile que requieran de la importación de tecnología.
Entre otros puntos, la propuesta critica que se excluya del beneficio de reducción tributaria a las transacciones entre partes relacionadas. “Estamos de acuerdo con evitar remesas encubiertas de utilidades beneficiándose de una tasa inferior a la general, pero estimamos que dicha exclusión no es compatible con el flujo normal de estas transacciones las que normalmente ocurren precisamente entre filiales o subsidiarias de compañías transnacionales, que son, además, aquéllas que Chile pretende atraer para su establecimiento en nuestro país”, señala el documento.
Ciudad comenta que “ACTI adhiere a las propuestas que la CPC presentó a la Subsecretaría de Hacienda, que realmente apuntan a impulsar a Chile a convertirse en una plataforma de negocios y un país mucho más competitivo. En ese mismo sentido, la Ley de Software es una de las piezas dentro de ese objetivo superior y por ello creemos que es sólo un primer paso, que sin duda ayudará, pero que todavía no es suficientemente agresivo para eliminar de raíz un impuesto que traba nuestro desarrollo”.