Las nuevas normas entrarán en vigor alrededor de tres meses antes de que comiencen los Juegos Olímpicos.
EFEBEIJING.- El jefe de Estado chino, Hu Jiantao, se ha propuesto controlar más estrictamente la información que fluye por Internet con el objetivo de preservar la "sana cultura online" del país.
Al mismo tiempo, el gobierno promulgó nuevas normas sobre los comunicados emitidos por las autoridades y los departamentos gubernamentales. Estas informaciones no deben "desatar inestabilidad social ni amenazar la seguridad del Estado, de la opinión pública o de la economía".
El jefe de gobierno, Wen Jiabao, firmó las nuevas directivas, que obligan a las autoridades a publicar también toda la información sobre adquisición de terrenos, traslados e indemnizaciones, normalmente polémica.
Lo mismo rige en el caso de catástrofes naturales, situaciones de emergencia, seguridad en los medicamentos o alimentos o presupuesto de las autoridades. Además, las informaciones comerciales confidenciales o los datos personales que se encuentren en bases de datos estatales no podrán ser difundidas sin la aprobación de los afectados.
Las nuevas normas entrarán en vigor el 1 de mayo de 2008, unos tres meses antes de que comiencen los Juegos Olímpicos en Pekín.
Tras una reunión sobre política de información con su Politburó, Hu señaló que el desarrollo y la administración de Internet "debe atenerse a la cultura socialista y la correcta gestión de la propaganda. "El control de Internet tiene efectos en el desarrollo de la cultura socialista, la seguridad de la información y la estabilidad del Estado", dijo el presidente chino, citado por la agencia Xinhua.
En China hay ya 137 millones de internautas, lo que supone uno de cada diez habitantes. El año pasado, la cifra ascendió un 23,4 por ciento. Además, el país cuenta con 20 millones de "blogueros", de los cuales 3,15 millones están considerados autores activos.
Para los observadores extranjeros, las nuevas normas sobre difusión de la información estatal contribuyen más bien a una estandarización de esas informaciones y una mejora del control. Los críticos lamentan que la vaga definición legal sobre el secreto de Estado no haya sido reformada, como estaba previsto en un principio.