BRASILIA.- Los países de Latinoamérica están “muy atrasados” en la introducción de computadores e Internet y las políticas públicas mal orientadas pueden incrementar la “brecha digital”, según un estudio presentado hoy en Brasilia.
El estudio “Tecnología de la información en la educación en Brasil y Latinoamérica”, que recogió estas conclusiones, fue elaborado por la organización intergubernamental Red de Información Tecnológica Latinoamericana (RITLA), que tiene como miembros a Argentina, Brasil, México, Nicaragua, Panamá y Venezuela.
El sociólogo argentino Julio Waiselfiz, autor del estudio, dijo que “casi todos los países de Latinoamérica están muy atrasados, excepto Chile, Uruguay, Argentina y, en parte, Perú”.
Según Waiselfiz, el problema en la mayoría de los países latinoamericanos es que “el proceso de inclusión digital está en el nivel de discurso y no de la puesta en práctica”.
El sociólogo aseguró que los gobiernos no solo deben realizar fuertes inversiones en infraestructura y equipamientos, sino también "deben garantizar la competencia de la escuela para generar actividades vía computador y desarrollar contenidos”.
Uno de los problemas más graves señalados por el estudio es la falta de profesores con formación en informática, que incide en el abandono de los programas en esta área.
"El número de computadores por escuela no dice nada. No dice que se usen y, además, la mitad de los equipamientos o están estropeados o funcionan mal”, añadió Waiselfiz.
El estudio también señaló el fracaso de algunas políticas de difusión de las nuevas tecnologías llevadas a cabo en países como Brasil, que “están contribuyendo a agrandar la brecha entre ricos y pobres”.
La causa del fracaso de estas políticas es que, hasta ahora, no se han dirigido a las áreas más pobres por “miedo a la depredación,” por “presiones políticas” de las escuelas más ricas y por la “peor preparación” de los profesores de áreas deprimidas.
Estas deficiencias, según el estudio, han contribuido a que la brecha digital interna de algunos de estos países sea mayor que la que les separa de los países desarrollados.
Waiselfiz ejemplificó que, en Brasil, la diferencia de acceso a internet llega al 154 por ciento entre un ciudadano blanco rico de la capital, frente a un negro pobre de la deprimida región nordeste, mientras que el diferencial global entre Brasil y Suecia es de “tres o cuatro veces”.
La cobertura de Internet en zonas rurales es otra de las preocupaciones del estudio.
Según el presidente de la RITLA, el argentino Jorge Werthein, "las compañías privadas (proveedoras de Internet) no alcanzan a los municipios pequeños y pobres” por “motivos de rentabilidad”.
Werthein señaló que el gobierno es encargado de que estas empresas “asuman parte de la responsabilidad social” de extender el acceso de internet a las zonas rurales, a través de “sociedades público-privadas”.
Datos de la RITLA registran que unos 1.800 de los casi 5.300 municipios brasileños carecen de las infraestructuras básicas para acceder a Internet.