NUEVA YORK.- Los internautas estadounidenses perdieron más de 7.000 millones de dólares en los dos últimos años debido a problemas causados por los virus informáticos, los programas espía (spywares) o las estafas como el “phising”.
Así lo asegura hoy la revista “Consumer Reports” en su último número, en el que publica los resultados de una encuesta elaborada entre más de dos mil hogares con acceso a Internet de todo el país.
Según la encuesta “El estado de la red”, uno de cada cuatro consumidores de Estados Unidos está expuesto a ese tipo de estafas o problemas cibernéticos.
Entre ellos, los que más gastos causaron fueron los virus informáticos y los spywares, pequeñas aplicaciones que se instalan en el ordenador del usuario a través de Internet y recopilan información que luego puede venderse a empresas de publicidad u otras interesadas en conocer las páginas visitadas por el navegante.
Los estadounidenses gastaron en los dos últimos años al menos 5.000 millones de dólares en reparaciones y sustituciones para solucionar los problemas causados por los virus y los spywares.
Solo las infecciones de virus, que afectaron al 28 por ciento de los hogares (el mismo porcentaje que un año antes), hicieron que cerca de 1,8 millones de hogares del país tuvieran que reemplazar sus ordenadores en los últimos dos años.
En cuanto a los spywares, el 33 por ciento de los encuestados no usaban ningún tipo de protección para esas aplicaciones, que forzaron a cambiar de computadora a 850.000 familias en tan solo los seis últimos meses.
Consumer Report calcula que 3,7 millones de hogares en EE.UU. se conecta a la red sin ningún tipo de cortafuegos (firewall) y el 17 por ciento de ellos sin ningún antivirus, aunque asegura que la protección contra el correo basura (spam) ha mejorado en los últimos meses.
Aún así, el 3 por ciento de los hogares tiene constancia de que algún menor vio material pornográfico a causa del correo basura recibido.
Otra de las principales amenazas para los usuarios de Internet en cuanto a los gastos provocados es el “phising,” la suplantación de identidades corporativas para obtener datos y claves bancarias privadas a través de correos electrónicos fraudulentos.
En los dos últimos años, al menos un 8 por ciento de los encuestados (cerca de un millón de hogares) cayó en una de esas estafas, un porcentaje similar al arrojado por la encuesta del año anterior.
Esto, debido a que a pesar de que los cibernautas están más alerta ante ese tipo de trampas, los estafadores también usan tácticas más sofisticadas.