CANBERRA.- La nanotecnología, que permite la manufacturación a nivel molecular, podría acarrear una catástrofe sanitaria similar a la que originó el amianto, que se utilizó en el pasado sin conocerse sus consecuencias cancerígenas, indicó el martes el mayor sindicato australiano.
El Consejo Australiano de Sindicatos (ACTU por sus siglas en inglés) explicó que había poca protección para los trabajadores expuestos a la nanotecnología, que consiste en la construcción tanto de máquinas como estructuras básicas a una escala tan pequeña que incluso son difíciles de distinguir para un microscopio.
"Recuerda a cuando se introdujo el amianto, que fue considerado un producto milagroso y que no fue hasta muchos años más tarde que se descubrió el efecto devastador que tenía", explicó el secretario adjunto de ACTU, Geoff Fary, en la radio estatal.
"Debería haber muchas advertencias sobre (los riesgos de) la nanotecnología, para asegurar que no vamos a cosechar frutos tan horribles en los próximos años", añadió Fary.
Las fibras de amianto, resistentes al calor, al fuego y a los químicos, fueron utilizadas en gran medida en construcción y aislamiento antes de relacionarlas con asbestosis, el cáncer de pulmón, el mesotelioma y otros cánceres.
La nanotecnología, 100.000 veces menor al grosor de un pelo humano, se usa ahora en cientos de utensilios habituales, desde los conductos de alimentación de los automóviles, las sábanas para la cama, los cosméticos e incluso cremas de protección solar, en las que pequeñas partículas de óxido de zinc se utilizan para absorber los peligrosos rayos ultravioletas.
La nanotecnología se está convirtiendo rápidamente en un mercado multimillonario alrededor del mundo y se extiende desde la investigación de la producción de diamantes hasta el uso en comida y productos sanitarios.
Fary dijo que las nanopartículas son tan pequeñas que pueden ser inhaladas o absorbidas a través de la piel, lo que podría causar enfermedades en el futuro, como ya había pasado con algunos tipos de amianto o asbesto.
Los sindicatos pidieron al Gobierno de centroizquierda australiano que empiece a hacer un registro de las empresas que utilizan nanotecnología, además de que se introduzcan nuevas pruebas de seguridad y se etiqueten los productos para consumidores y trabajadores en contacto con la nanotecnología.
El mes pasado, el Parlamento Europeo aprobó unas enmiendas relacionadas con la regulación de los productos alimenticios, en las que obligaba a los fabricantes a explicar con una serie de etiquetas si los productos contenían nanopartículas.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, dependiente de la UE, también ha pedido que se realicen pruebas nuevas para medir la toxicidad y la estabilidad de las nanopartículas en la comida, poniendo en primer lugar las sustancias de las que los trabajadores necesitan protección.
El Gobierno francés está actualmente revisando las leyes para regular la fabricación, importación y marketing de los productos nanotecnológicos.
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