LONDRES.- Fumar durante el embarazo aumenta de manera significativa el riesgo de tener hijos con problemas de conducta que se manifiestan a edades tan tempranas como los 3 años, según un informe de científicos y médicos británicos.
El estudio, publicado hoy en el "Journal of Epidemiology and Community Health", se realizó a partir del análisis de más de 14.000 madres y de sus hijos nacidos entre 2000 y 2001 en el Reino Unido.
A las madres se las clasificó entre "fumadoras moderadas" y "grandes fumadoras", según el número de cigarrillos que consumían al día, y se les pidió que valoraran el comportamiento de sus hijos de 3 años a partir de un cuestionario psicológico que se emplea para detectar trastornos como la hiperactividad y el déficit de atención.
Los problemas de conducta se valoraron en función de las respuestas dadas a preguntas sobre el carácter del menor, la frecuencia con la que se peleaba, la indisciplina con respecto a los adultos y el acoso a otros niños de la misma edad.
Lo mismo se hizo con respecto a la hiperactividad y los problemas de atención y concentración, para lo que se tomaron en cuenta las percepciones de las madres sobre su grado de agitación y/o tranquilidad.
Tras tener en cuenta otros factores que podían influir en los resultados -como la edad de la madre durante el embarazo, su nivel educativo, su estatus socioeconómico y la estabilidad familiar- se concluyó que los hijos de mujeres que fumaron mucho durante la gestación presentaban con más frecuencia los problemas citados.
Los niños de las "grandes fumadoras" tenían el doble de probabilidad de tener problemas de conducta y, en el caso de los de las "fumadoras moderadas" (las que consumían menos de diez cigarrillos al día), aumentaban en un 80 por ciento los casos de hiperactividad y déficit de atención.
Los autores del estudio subrayaron los graves perjuicios que el consumo de tabaco puede causar en la estructura de desarrollo y en la función cerebral del feto y pusieron de relieve que, por razones que se desconocen, los niños resultan más susceptibles al “asalto químico” de la nicotina que las niñas.
Esto explicaría, afirmaron, por qué los problemas de conducta se dan con más frecuencia en los varones que en las mujeres.