SANTIAGO.- El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) se preparaba el martes para continuar su proceso de investigación sobre los hoyos negros y el comportamiento de la materia, cuando algo falló en una de las unidades de su sistema de refrigeración. Era una miga de pan.
Después de empezar a funcionar, los científicos notaron que la temperatura empezaba a subir más de lo normal, y luego de revisar qué sucedía, descubrieron una miga de baguette, que produjo un fallo en el sistema eléctrico de la unidad de refrigeración. La explicación de los voceros del CERN, el centro donde se ubica el LHC, dijeron que quizás lo había dejado caer un pájaro, o un avión que pasaba por ahí.
Este insólito contratiempo se suma a una lista de tantos otros que han impedido que los científicos trabajen con el colisionador, un titánico experimento que tuvo un costo
de más de 4 mil millones de euros, y que pretende entre otras cosas, encontrar el hipotético bosón de Higgs, mejor conocido como “la partícula de Dios”, esto, al recrear dentro del LHC los instantes que siguieron al Big Bang.
Poco después de empezar a funcionar, en septiembre de 2008, una fuga de helio lo tuvo parado varios meses. Después de solucionar ese y otros problemas, se había puesto en marcha nuevamente, hasta el martes en la mañana.
El incidente hizo que el colisionador se detuviera, y que los científicos demoraran algunos días en restaurar el sistema.
Pero una vez que se restaure, los científicos continuarán con su búsqueda. “Por esta puerta, puede salir algo, o podemos enviar algo a través de ella”, dijo Sergio Bertolucci, director de investigación en el CERN, durante una rueda de prensa. Explicó que sería posible descubrir o generar un fenómeno científico inimaginable, como por ejemplo, otra dimensión.