LONDRES.- En la cuenta atrás para la cumbre de Copenhague, la revista médica "The Lancet" repasa en una serie de informes las acciones que son fácilmente realizables y que pueden tener un doble efecto positivo en la salud del planeta: luchar contra el cambio climático y mejorar el estado físico de la gente.
La mejora de la eficiencia energética en los hogares, el impulso a los sistemas públicos de salud, la potenciación del uso de las bicicletas en las ciudades, la generación de electricidad más limpia en los países emergentes o la reducción en el consumo de carne son algunos de los temas con los que se puede marcar la diferencia.
La revista médica considera que estos asuntos deben ser el punto de partida de la discusión y la negociación entre países, y que, por lo tanto, la cumbre de Copenhague "es el comienzo y no el final".
"The Lancet" presta especial atención al vínculo que existe entre las políticas medioambientales y de mejora de la sanidad pública y pone como primer ejemplo el ahorro energético y de salud que representaría hacer de los hogares, tanto en los países pobres como en los ricos, lugares más eficientes en materia de energía.
Según un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, combinar el aislamiento, la ventilación, el cambio de combustibles y la concienciación ciudadana evitaría en un país como el Reino Unido 5.500 muertes prematuras y la emisión a la atmósfera de 41 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2).
En el caso de un país emergente como la India, los autores del estudio sostienen que si se instalaran en el plazo de 10 años 150 millones de hornos caseros no contaminantes -con un precio unitario de 50 dólares- se reducirían en 240.000 las muertes de menores a causa de problemas respiratorios y en 1,8 millones las muertes de adultos a causa de problemas cardiacos y pulmonares.
El uso de la bicicleta y el incremento de los trayectos que se realizan a pie es otra de las propuestas incluidas en los informes de "The Lancet", que asegura que estas prácticas tendrían un impacto mucho mayor en la salud que el uso de vehículos poco contaminantes.
La investigación, obra también de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, estima que en el caso de una ciudad como la capital británica caminar y el uso de la bicicleta tendría un impacto beneficioso 40 veces mayor a la introducción generalizada de coches eléctricos o de baja emisión de dióxido de carbono.
En el caso de una ciudad de un país en vías de desarrollo -se cita Nueva Delhi- el impacto sería 7 veces mayor.
Si ahora se aplicaran estos cambios en Londres, los beneficios sobre la salud representarían para el año 2030 una reducción del 10-19% de las dolencias coronarias isquémicas, del 10-18% de las dolencias cerebrovasculares, del 7-8% de los problemas de demencia y del 12-13% de los casos de cáncer de mama.
Reducción de contaminantes
Los Gobiernos tienen mucho que decir, sobre todo los de los países más contaminantes como es el caso de China, según un estudio del profesor Anil Markandya y del Centro Vasco para el Cambio Climático con sede en Bilbao (España).
Los autores argumentan que reducir la proporción de electricidad que se obtiene a partir del carbón derivaría en significativas mejoras para la salud mundial, siendo los países en vías de desarrollo los que se verían más beneficiados.
Una reducción en el uso de este mineral de entre el 30 y el 50 por ciento antes de 2030 supondría, en el escenario más positivo, 93.000 muertes prematuras menos en la India, 57.000 menos en China y 5.000 menos en los países de la Unión Europea.
"The Lancet” defiende también recortar en un 30 por ciento de aquí a 2030 el consumo
de carne, para reducir el impacto de una industria que genera el 10-12 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero, y el consumo de grasas saturadas, responsables de un alto número de muertes en el primer mundo.
Asimismo, se insta a no olvidar otros gases contaminantes con una vida más corta que el CO2, como el hollín y el ozono, y en última instancia se pide a los responsables políticos que vean también en la lucha contra el cambio climático una oportunidad para obtener estándares de vida más altos para sus ciudadanos.
Por último, la revista médica pide que no se mire a la cumbre de Copenhague como “la última oportunidad” para salvar el planeta.
"Copenhague es el inicio no el final. Debe ser el pistoletazo de salida que marque el comienzo de negociaciones concertadas al más alto nivel político,” dice la revista en su editorial.