CHICAGO.- Quienes usan redes sociales como Twitter o Facebook conocen la sensación de haber publicado un mensaje sin pensarlo dos veces, un mensaje que quizás era mejor no dejar a la vista de cualquier navegante de Internet.
Con suerte, el error pasa desapercibido. Pero, ¿Qué pasa si el usuario es una celebridad que tiene miles o millones de seguidores en el mundo virtual?
El astro del fútbol americano Larry Johnson perdió su trabajo en los Chiefs de Kansas City luego de criticar a su entrenador y publicar insultos homofóbicos.
El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, recibió cuestionamientos por mostrar un cuchillo enorme en un video publicado como mensaje de agradecimiento a los ciudadanos que aportaron sugerencias para "cortar" el presupuesto estatal.
Y ésas son sólo dos de las varias polémicas recientes que recibieron un "empujoncito" de las redes sociales.
Los fanáticos y los curiosos están a la espera de que estrellas del deporte, del espectáculo y de la política digan algo vergonzoso o impropio, y estas nuevas tecnologías son un vehículo perfecto para que eso suceda.
"Sí, entiendo que es una gran herramienta de promoción. También puede ser una daga si no se la usa de la manera apropiada", dijo Matthew Pace, un abogado en Nueva York que trabaja con agencias de representantes de atletas y les advierte del riesgo que las redes sociales representan para las carreras de los deportistas.
Mike Williams, estrella de fútbol estadounidense de la Universidad de Syracuse, fue suspendido de su equipo hace unas semanas y luego renunció, poco después de decir que odiaba la vida universitaria en su página de Facebook.
"No me veo haciendo esto por mucho tiempo", escribió Williams, según el diario de los estudiantes de Syracuse.
Ante mensajes como éstos, las universidades, equipos de ligas profesionales y hasta estudios de cine buscan restringir los contenidos que los famosos publican de manera espontánea o, al menos, les piden que piensen bien antes de mandar el mensaje.
A veces se puede dañar una reputación, a veces se puede divulgar información delicada.
"Puede haber una tendencia de que incluso los más famosos se olviden que cualquier contenido que publiquen en Internet es una declaración pública, tan pública como cualquier entrevista en televisión o en la prensa", dijo Nancy Flynn, consultora corporativa que preside el Instituto ePolicy en Ohio.
"Está dicho en tus propias palabras, así que no puedes decir: 'Me sacaron de contexto'", añadió.
Claro que la recompensa de los microblogs y similares herramientas es que los simpatizantes son muy fieles a quienes les dan buen material.