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Robo de datos climatológicos quiere poner en duda el trabajo del área

La publicación en internet de los datos sustraidos está dañando la confianza en los estudios que se han hecho con respecto al tema, según los científicos afectados.

01 de Diciembre de 2009 | 18:17 | The New York Times

NUEVA YORK.- Algunos prominentes climatólogos están llamando a hacer cambios en la forma en la que se investiga el calentamiento mundial después de que una universidad británica dijo que se habían robado miles de correos electrónicos privados y documentos de su centro climático.

Los científicos dicen que los correos electrónicos, que han circulado en Internet y revelan el funcionamiento interno de una pequeña red de climatólogos que registran gráficamente la temperatura del planeta, han dañado la confianza pública en la evidencia de que los seres humanos están calentando peligrosamente al planeta, justo cuando muchos países se preparan para empezar a controlar las emisiones de gases invernadero.

“Es claro que todo este concepto de 'Somos los expertos, confíen en nosotros' se ha desechado con estos correos electrónicos”, manifestó Judith Curry, una climatóloga del Instituto Tecnológico de Georgia.

Ella y otros científicos buscan más transparencia en la forma en la que se manejan los datos climáticos, así como en los métodos que se usan para analizarlos. Y argumentan que los científicos deberían volver a evaluar la selección de procedimientos usados por algunas revistas científicas, así como del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, que en 2007 concluyó que los seres humanos son la fuerza dominante en el calentamiento y cuyas conclusiones apuntalan las discusiones internacionales sobre un nuevo tratado al respecto.

Estalló un debate enconado sobre el significado del material pirateado tan pronto como aparecieron los correos electrónicos y otros documentos en sitios en la Red hace más de una semana. Algunos ven en la correspondencia electrónica -que incluye discusiones acaloradas sobre tendencias del calentamiento, consejo de borrar correos potencialmente polémicos y comentarios desdeñosos sobre los escépticos climáticos-, evidencia de una conspiración para sofocar al disenso y ocultar información para evitar su escrutinio, o, como lo han expresado algunos, un “Climagate”.

Para otros, los correos electrónicos son meramente evidencia de que los climatólogos pueden ser tan competitivos, defensivos, cáusticos y de marca registrada, como la gente de cualquier otra área. Califican de villanos a los que revelaron la correspondencia electrónica y que ahora, dicen, están distorsionando los contenidos.

Científicos cuestionados


Las críticas más serias dirigidas contra los autores de la correspondencia giran en torno a tres temas.

Uno es si revela esfuerzos de los científicos por cubrir datos en bruto, obtenidos de los anillos de árboles y otros indicadores indirectos de las condiciones climáticas, evitando que fueran examinados por investigadores independientes. Entre quienes dicen que así es, está Stephen McIntyre, un consultor canadiense en minería, retirado, quien tiene una popular bitácora para escépticos, climateaudit.org.

Un segundo tema es si los documentos revelados, demuestran que los datos que sustentan las conclusiones de los climatólogos sobre el calentamiento son más turbios de lo que dijeron. Los documentos incluyen archivos de códigos informáticos en bruto y el registro durante todo un año, realizado por un programador, con el que documenta su frustración con respecto a datos recopilados de países en el hemisferio norte.

Finalmente, han surgido preguntas sobre si los correos electrónicos indican que los climatólogos trataron de prevenir la publicación de los ensayos escritos por los escépticos climáticos, descritos por aquéllos como “basura” y “fraude” en su correspondencia.

Funcionarios de la oficina nacional del clima de Gran Bretaña han defendido la integridad del trabajo de la unidad climática, señalando que otros grupos en la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica han replicado en gran medida a la tendencia del calentamiento que ha medido la unidad.


“Se trata de un intento superficial y transparente de desacreditar la ciencia robusta que realizan algunos de los científicos más respetados del mundo”, señaló Vicky Pope, la portavoz sénior de la oficina, en un correo electrónico.

Rajendra K. Pachauri, el presidente del panel intergubernamental sobre el clima, emitió una declaración en la que rebate acusaciones de que los correos, que involucran a algunos miembros del panel, indican que sus informes están prejuiciados.


Negociaciones afectadas

La revelación pública de los correos electrónicos ya condujo a llamados de legisladores conservadores británicos y estadounidenses a que se realicen investigaciones.

Mohammad Al-Sabban, el principal negociador de Arabia Saudita, dijo que el asunto podría afectar las negociaciones del nuevo tratado sobre el calentamiento mundial. “Esto es muy grave y puede poner a todo el debate climático, incluido cualquier acuerdo futuro en Copenhague y después, bajo un gran cuestionamiento”, dijo Al-Sabban en un correo electrónico.


Incluso algunos defensores del ambiente creen que las revelaciones han dañado a los llamados a la acción. George Monbiot, un ambientalista y escritor británico, condenó a algunos de los científicos de la unidad climática y a muchos de sus compañeros activistas en una columna de The Guardian.

“Nadie resultó más defraudado por las revelaciones en estos correos electrónicos que los que hemos abogado por la ciencia”, escribió. “Deberíamos ser los primeros en exigir que sea irreprochable, y no los últimos”.

Mike Hulme, un climatólogo de la Universidad de Anglia del Este y autor de “Por qué estamos en desacuerdo con el cambio climático”, dijo que las revelaciones podrían ofrecer una oportunidad para finalmente llevar a las prácticas de los investigadores climáticos y del panel intergubernamental a la era moderna, donde la transparencia -impuesta legal o ilegalmente- es inevitable y apropiada.

“El propio PICC, mediante su tendencia estructural a politizar la ciencia del cambio climático, ha quizás ayudado a fomentar una forma más autoritaria y exclusiva de producción del conocimiento”, manifestó en un correo electrónico, “justo en un momento en el que la mundialización y la cultura cosmopolita de la conexión está demandando de la ciencia algo mucho más abierto e incluyente”.

Curry y otros dijeron que, aunque no sirva para otra cosa, la correspondencia electrónica indica que los climatólogos necesitan mostrar más moderación para tratar con sus críticos.

“Ganamos la guerra: al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático se le otorgó el Premio Nobel de la Paz, y la legislación sobre el clima y la energía es de los primeros puntos de la agenda estadounidense”, dijo Curry. “¿Por qué seguir peleando estas batallas tontas y poniéndonos en esta posición?”

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