BERLÍN.- ¿Internet libre y bajo el control de los propios ciudadanos, o una Red en principio autorregulada pero con la espada de Damocles -los estados nacionales- con la última palabra? Para el Partido Pirata alemán no cabe la segunda opción en el debate iniciado por el Gobierno, según su decálogo presentado esta semana.
La sección germana del Partido Pirata, movimiento que nació en 2006 en Suecia y ya se extiende por al menos 40 países, responde así a un debate creciente en Alemania, el control y una futura legislación sobre Internet. Y recoge el guante lanzado un mes atrás por el ministro del Interior, Thomas de Maizière, y sus "14 tesis" centradas en un control final ineludible del Estado.
Junto a la necesidad de más neutralidad, el ministro habla de Internet no "como una amenaza sino como una gran posibilidad de libertad". Pero al tiempo propone un control final de las autoridades en caso de que la "autorregulación" falle, y una defensa férrea del derecho de réplica de los ciudadanos particulares.
El encargado de responder a De Maizière es el líder político de los "piratas" alemanes, Christopher Lauer, quien en sus 10 tesis señala que "la Red es un espacio vital privado y público para los ciudadanos, por lo que se exige que la política en la red esté en manos de los ciudadanos".
Ante la propuesta de De Maizière de debatir públicamente la creación de las leyes para Internet, Lauer responde en su decálogo que "la Red refleja el mundo real, pero es de otra naturaleza."
Por ello, el Partido Pirata establece que "las leyes del mundo real no pueden simplemente aplicarse en Internet."
"En una red global, cada persona está a una décima de segundo de la otra, como si se sentaran en la misma habitación," afirman desde el Partido Pirata. "En un pueblo globalizado no somos vecinos, sino que compartimos el mismo espacio para vivir," añade.
Lauer también establece que Internet "es un bien inacabable para todos," por lo que "cualquier derecho de monopolio debe ser puesto en tela de juicio."
Para el Partido Pirata, que nació con el ideario de defender la privacidad, el derecho ciudadano a la información y la protección de datos, amén de reformar las leyes de propiedad intelectual e industrial y respetar el dominio público, "la cultura gratis es el objetivo y el producto de una optimización económica."
Así, según Lauer, "la política debe exigir la cultura gratis y no debe combatirla."
Más segura que el mundo real
En su decálogo de respuesta a las propuestas de control de De Maizière, Lauer establece que Internet "es más seguro que el mundo real," por tanto, "se debe exigir que la Red no necesite nuevas leyes represivas ni de seguridad."
Para el líder del Partido Pirata, "la libre entrada en Internet es un derecho de la Humanidad," por ello considera que "el acceso libre debe estar en la Constitución."
Ante la idea de que la Red divide a la sociedad, Lauer lo confirma y establece que ello
se produce por "un fracaso de la educación."
La solución planteada por el Partido Pirata alemán es "un cambio radical en nuestro sistema educativo" que implique modificar al personal, las instituciones y los contenidos.
Para acabar, Christopher Lauer subraya que "La Red es la llave para evitar la catástrofe."
"Exige veracidad, ser abierta y transparente," añade, para exigir "una política en la era de la sociedad global de la información abierta y transparente al máximo."
El Partido Pirata, firme partidario desde su fundación de defender el derecho de los usuarios a copiar datos e intercambiar información, ataca la actual normativa sobre el derecho de autor.
Desde que nació en 2006, el movimiento internacional "pirata" se ha extendido por el planeta y hoy dispone de dos escaños en el Parlamento Sueco, dos en la Cámara Europea (7,13 por ciento de votos en las elecciones de 2009), dos concejales en las ciudades alemanas de Münster y Aquisgrán, y uno en la localidad suiza de Winterthur.
Sin representación política, el Partido Pirata dispone de delegaciones también en España, Austria, Bélgica, Hungría, Holanda, Reino Unido, Canadá, Australia, Brasil y Nepal, entre otros.