El año 2009, una mujer que conducía en estado de ebriedad por Av. Santa María, cayó al lecho del río Mapocho.
Héctor Flores, El Mercurio.MASSACHUSETTS.- Los automóviles del futuro podrían abstenerse de arrancar si un detector automático en el tablero determina en cuestión de segundos que el conductor no está en condiciones de manejar porque ha bebido de más.
Las autoridades estadounidenses dicen que el aparato podría salvar muchas vidas, pero que todavía puede pasar una década antes de que se difunda su uso.
El laboratorio QinetiQ North America de Waltham, abocado a la investigación y desarrollo, hizo a fines de enero la primera demostración pública de sistemas que pueden medir si alguien tiene una cantidad de alcohol en la sangre superior al permitido.
A diferencia de los aparatos usados en la actualidad, incluido uno que impide el encendido del automóvil si una persona bebió más de la cuenta, este no requerirá que el individuo sople en un instrumento para medir el nivel de alcohol. De hecho, los nuevos aparatos, llamados “Sistemas de Detección del Alcohol en el Conductor para Mayor Seguridad” (Driver Alcohol Detection Systems for Safety), emplean sensores que miden el contenido de alcohol de dos formas posibles: analizando el aliento de la persona o penetrando su piel, empleando sensores sofisticados que funcionan con un contacto físico, ubicados estratégicamente en el volante o las cerraduras de las puertas, por ejemplo.
Ambos métodos eliminan la necesidad de que el conductor dé pasos adicionales y quienes no hayan bebido no sufrirán demora alguna, según los investigadores.
David Strickland, director de la Administración Nacional de Seguridad en las Autopistas de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés), quien estimó que el aparato podría evitar unas 9.000 muertes por año en accidentes causados por conductores borrachos.
Por otro lado, hay quienes se preguntan si será posible desarrollar una tecnología tan avanzada, que pueda determinar sin lugar a dudas que una persona está ebria y no impedirá conducir a individuos que no han tomado. “Incluso si la tecnología es confiable en un 99,9%, ese ínfimo margen de error implicaría que miles de automóviles no podrán arrancar a diario” sin que el conductor haya bebido más de la cuenta, manifestó Sarah Longwell, del American Beverage Institute (Instituto de Bebidas de Estados Unidos).
Longwell cuestiona la confiabilidad de estos sistemas pues dice que el nivel de alcohol de una persona puede subir dependiendo de diversos factores, incluido cuánto comieron y qué tan recientemente tomaron sus tragos. “La gente no va a poder tomarse un vaso de vino con la cena o una cerveza en el partido de béisbol si después tiene que manejar”, dijo.