LIMA.- Un grupo de estudiantes peruanos consiguió el segundo puesto en un concurso celebrado en Japón con un robot que hoy fue presentado en sociedad en su país natal.
Un grupo de ocho alumnos de ingeniería de la Universidad de San Martín de Porres presentó hoy a los medios de comunicación la máquina con la que logró la “medalla de plata” de la tercera edición de un concurso internacional de robótica organizado en Japón.
Se trata de “Naylamp,” un autómata pequeño con dos tenazas y cuatro ruedas unidas a una plataforma que, dirigido por una persona mediante control remoto, tiene la misión virtual de salvaguardar a un pez japonés en peligro de extinción, explicó Paolo Granados, integrante del Club de robótica de la Universidad San Martín de Porres.
Un robot capaz de ayudar a recuperar el hábitat del pez “Nippon Baratanago” (parecido al pez dorado) y trasladar a otro entorno todas sus especies enemigas: tal era el objetivo del concurso, en el que la universidad peruana, único centro educativo latinoamericano participante, compitió contra seis equipos, todos japoneses.
Inmediatamente tras conocer las bases de la prueba, los alumnos se pusieron manos a la obra y, mientras un grupo se encargaba de la mecánica del robot, otro se dedicaba a diseñar el sistema de circuitos, y un tercero a racionalizar los pocos recursos económicos de los que disponían.
Con sus pizarras en mano, y auspiciados por varios profesores, los universitarios empezaron a perfilar el diseño del robot: salió un primer prototipo con un brazo y un segundo con dos pinzas, que luego perfeccionaron con motores de mayor capacidad para poder superar los obstáculos impuestos en la convocatoria del concurso.
"Vimos la necesidad de colocarle algún tipo de medición y colocamos espuma en las pinzas, y también implementamos mejores motores para que el robot tuviera mayores facilidades para subir la rampa,” contó Granados, alumno y miembro del Club de robótica de la universidad.
El prototipo fue tomando forma poco a poco y los alumnos utilizaron materiales como el aluminio y la espuma, reciclaron llantas de juguetes viejos y aprovecharon motores de impresoras y lavadoras para construir a “Naylamp,” que toma su nombre de un ser mitológico del antiguo Perú que vino del mar.
No olvidaron colocarle las banderas de Perú y de la universidad.
"No ha salido muy costoso porque hemos utilizado piezas ya recicladas, porque aquí no contamos con un mercado como el japonés, de encontrar piezas ya fabricadas o hechas, así que hemos elaborado todo nosotros mismos,” señaló Granados.
Tras un intenso trabajo de cinco meses, que les quitó todo su tiempo libre, los alumnos lograron su objetivo: “Naylamp” ya estaba listo para subir y bajar una plataforma elevada y alejar así a los "peces malos” en el menor tiempo posible.
Sin embargo, otro competidor diseñado en un instituto tecnológico de Osaka y que constaba de cuatro brazos robóticos se hizo con el galardón del concurso porque consiguió hacer lo mismo que Naylamp, pero con unas milésimas de segundo menos.
La importancia de estos robots radica en que en el futuro podrían solucionar casos reales como el de la central nuclear japonesa de Fukushima, que tras el terremoto contaminó toda una zona cuya limpieza sería posible con autómatas activados a distancia, destacó Granados.