BERLÍN.- El ministro alemán del Interior, Hans-Peter Friedrich, inauguró hoy en Bonn el ambicioso "cibercentro de defensa" nacional con el que la primera potencia económica europea quiere frenar los cada vez más frecuentes ataques provenientes de internet.
Su principal objetivo es lograr una mejor cooperación entre las distintas autoridades de seguridad alemanas para identificar los peligros, analizarlos y desarrollar una estrategia apropiada para eliminarlos, se explicó.
"Nuestro sistema es vulnerable por su total interdependencia", aseveró el ministro.
"En todos los ámbitos actuales, desde el social hasta el económico, se utiliza el espacio cibernético, lo que entraña numerosos peligros", continuó.
"Una de las claves de la seguridad cibernética es la protección de infraestructuras", agregó refiriéndose a organizaciones y entidades de suma importancia para la población, como las redes de abastecimiento de agua o electricidad.
La caída de esos sistemas puede ocasionar graves problemas de seguridad ciudadana, advirtió.
Según la responsable de Tecnologías de la Información (TI) del Ejecutivo de Berlín, Cornelia Rogall-Grothe, el cibercentro no es una nueva autoridad, sino en realidad, sólo "una plataforma de información y cooperación" con la que no sólo se hará frente a las amenazas, sino que también se trabajará para prevenirlas.
El centro estará compuesto en principio por diez miembros: seis de la Oficina Federal para la Seguridad de la Tecnología de la Información (BSI), dos de la Oficina Federal de Protección Civil y Ayuda en Catátrofes (BKK) y otros dos de la Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV).
Y desde hoy forman parte de él también funcionarios de la policía federal, de la de aduanas, de los servicios secretos interiores y exteriores y del Ejército.
Desde que iniciaron su trabajo en abril, los especialistas del nuevo cibercentro registraron cada día entre tres y cinco ataques directos a sistemas informáticos oficiales.
Y según advirtieron, no se trata sólo de una mayor cantidad, sino de una dimensión completamente nueva.
"Tenemos que vérnoslas con hackers profesionales con recursos suficientes", alertó Hartmut Isselshorst, del BSI.
"Pueden hacer lo que quieran con fines de espionaje, de sabotaje (...) eso ya lo aprendimos como tarde con Stuxnet", agregó.
El Ejecutivo de la canciller Ángela Merkel acordó en febrero la creación de ese centro en vista de las numerosas amenazas y al espionaje al que están sometidos los ordenadores y las redes del gobierno alemán y de sus organismos oficiales.
De enero a septiembre de este año se registraron alrededor de 1.600, cuando en todo 2009 se habían contabilizado 900.
Y la mayor parte de los ataques provienen de China, que junto a Rusia, es uno de los principales espías del mundo.
El gobierno de Berlín tiene noticia del espionaje de organismos oficiales y empresas a través de internet, sobre todo vía mail, desde 2003 y lleva cinco años haciendo un seguimiento.
Friedrich reiteró varias veces el peligro que representan los ciberataques para las empresas de la primera economía europea.
Y es que según distintos estudios, las compañías alemanas sufren unas pérdidas anuales de entre 20.000 y 50.000 millones de euros (entre 26.300 y 65.755 millones de dólares) por el espionaje económico.
"Queremos una colaboración abierta y transparente con el sector económico", dijo el ministro enfatizando que "el lema 'la prevención es la mejor protección' es muy aplicable en ese ámbito".