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Nuevos conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro genera debate ético entre cientificos

La detección de enfermedades prematuramente o conocer los estados psicológico de una persona, podría llevar que estos datos se utilicen de mala manera.

02 de Julio de 2011 | 20:45 | AFP
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Reuters. (Archivo)

PARÍS.- Los progresos de las ciencias del cerebro  permiten detectar mejor las enfermedades que lo afectan, pero también suscitan cuestiones éticas, por ejemplo ¿se debe anticipar a un paciente el desarrollo de  la enfermedad de Alzheimer?


Hay que prever "un aumento de las demandas de suicidio asistido" en caso de  diagnóstico precoz, antes de los primeros síntomas de esta enfermedad  neurodegenerativa, advirtió la psiquiatra y filósofa Anne Fagot-Largeault,  durante su audiencia esta semana por la Oficina Parlamentaria de Evaluación de  las Decisiones Científicas y Tecnológicas (OPECST).


Se deberá entonces "discutir de nuevo la legitimidad de ayudar a la gente a morir", advirtió.


Más globalmente, "si la gente y sus familiares" saben "que tienen el  cerebro en malas condiciones", podría plantearse la cuestión de su acceso al  sistema bancario y de su inclusión en "una vida democrática" (votación,  decisión) según Fagot-Largeault.


Sin embargo, tener una predisposición a una enfermedad neurológica no da la  certeza de que se sufrirá de ella, pues es algo "aleatorio, potencial", recalca  Hervé Chneiwess, del Centro de psiquiatría y de neurociencias de la Facultad de  Medicina París-Descartes.


"Actualmente estamos aún en una incertidumbre científica en lo que respecta  a la diferencia entre envejecimiento normal y envejecimiento patológico", añade.


"En autopsia post mortem, la mayoría de la gente posee placas seniles, aún  cuando no sufran de la enfermedad de Alzheimer", dice.


¿Habrá que tratar a  todas las personas a las que se detectan esas placas seniles o amiloides? El neurólogo Yves Agid insiste en la necesidad de proteger la vida privada,  la confidencialidad, cuando hay cada vez más imágenes del cerebro en  funcionamiento (Imagen por Resonancia Magnética, IRM funcional) procesadas por  computadoras.


Al referirse a la "peligrosidad" potencial de algunas investigaciones, Agid  cita artículos científicos que hacen creer que se han hallado "las bases  neuronales de las decisiones" o "el bien y el mal" en una zona de la corteza  cerebral.


Pese a los adelantos en el conocimiento del cerebro, sigue siendo "una  ilusión" creer que "se podrían predecir los pensamientos de nuestro prójimo",  señala por su parte Philippe Vernier, presidente de la Sociedad francesa de  Neurociencias.


Hay no obstante un riesgo de "intrusión en la vida privada", según Agid, cuando se hacen estudios que buscan caracterizar tendencias humanas a la  depresión o un carácter de tipo obsesivo, por ejemplo.


Los resultados se calculan en base a promedios, sin un verdadero poder de  predicción individual, dicen los investigadores.


Y la medida de la actividad  del cerebro sigue siendo indirecta, ya que el IRM funcional se basa en el flujo  sanguíneo cerebral.Y "todos tenemos cerebros diferentes", insiste Olivier Oullier, recalcando  que muchos estudios se basan en un muestreo limitado.


Más allá de los IRM la exploración interna del cerebro, a través de  electrodos implantados para curar o detectar un foco epiléptico, también  plantea asuntos éticos.


En el mundo, 100.000 pacientes afectados de la enfermedad de Parkinson o de  otras perturbaciones son tratados gracias a una técnica de estimulación  cerebral profunda a través de electrodos implantados, según el psiquiatra Luc  Mallet, del Instituto del Cerebro y de la Médula Espinal, en París.


Al cambiar los parámetros de estimulación, pueden aparecer modificaciones  del comportamiento (estado depresivo reversible, estado de excitación, de  euforia).


También es posible, precisa Mallet, activar "pequeñas zonas  cerebrales ligadas a los procesos de decisión o de motivación".

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