TITUSVILLE.- En la "Costa del Espacio", alrededor del Centro Espacial Kennedy de Florida, los habitantes se debaten entre la tristeza, el resentimiento y la inquietud por el futuro, al evocar el último lanzamiento de un transbordador espacial el próximo viernes.
Según los responsables de los locales aledaños a la zona de lanzamiento, desaparecerán unos 27.000 empleos directos e indirectos.
"Es como perder a alguien cercano", explicó una emocionada Marcia Gaedcke, presidenta de la Cámara de Comercio de Titusville, la localidad más próxima al Cabo Cañaveral, en la costa atlántica de Florida.
"Estos transbordadores tienen su personalidad y los consideramos como miembros de nuestra familia", añadió.
"Será muy duro para todos nosotros ver este último lanzamiento. Será un momento de gran orgullo y de mucha emoción", reconoció esta vecina de Titusville, que con 45.000 habitantes perderá un 40% de los 8.000 empleos que dependen directamente del Centro Espacial.
"Yo crecí aquí. Mi padre trabajó 32 años en el transbordador, mi cuñado todavía trabaja ahí y mi hermana y yo hemos trabajado en él", explicó Gaedcke.
El ambiente es también triste en el restaurante New York-New York.
Desde el programa Apolo que conquistó la Luna en los años 60, es un lugar tradicional de encuentro de los empleados y jubilados del Centro Espacial, situado a diez kilómetros.
Sentada junto a varios amigos, Betty Ford explicó con emoción cómo vivirá el último despegue del transbordador.
"Es triste verlo", dijo Ford, quien asistió a todos las lanzamientos -134- del transbordador desde el 1 de abril del 1981.
"No prevemos nada especial para esta ocasión, es algo íntimo", agregó.
En el King's Duck Inn, un bar cercano a una de las entradas del Centro Kennedy, donde se reúnen después del trabajo numerosos técnicos e ingenieros, alguno de los cuales ya fueron despedidos, impera un sentimiento de rabia.
"No tenemos ni idea de qué pasará con el programa espacial. Es una incógnita total", exclamó con amargura Garry Broughton, ingeniero en United Space Alliance, una sociedad subcontratada por la NASA.
"Cada día despiden a gente", explicó el ingeniero, quien perdió el trabajo después de 32 años de carrera.
"Algunos son voluntarios para ir a trabajar a Afganistán para alimentar a su familia, porque aquí no hay trabajo", añadió con una cerveza en la mano, mientras critica la decisión del presidente Barack Obama de anular el programa Constellation, de retorno a la Luna, lanzado por su antecesor George W. Bush (2001-2009).
"Es una mala decisión que ha eliminado miles de empleos aquí", lamentó el ex ingeniero. "No sabemos hacia dónde vamos y estamos pagando a los rusos para que transporten a nuestros astronautas al espacio". "Los cinco próximos años serán muy duros", dijo Melisa Stains, presidenta de la Cámara de Comercio de Cocoa Beah, una estación balnearia a unos 20 kilómetros del Centro espacial.
"Habrá que esperar al menos cinco años, tal vez diez o quince, antes de que sea lanzado otro programa de vuelos espaciales habitados".
Mientras "esperamos intentamos animar al mayor número de empresas posible a instalarse aquí. Contamos con las energías alternativas", explicó Stains, quien destacó que la región cuenta con dos ventajas: el sol y el océano.
Rob Varley, director de la oficina de turismo de la "Costa del Espacio", cree que la región conseguirá compensar la pérdida de los ingresos turísticos (entre 25 y 30 millones de dólares) que generaban los cinco o seis lanzamientos del transbordador anuales, que atraían a centenares de miles de curiosos.
Según Varley, no todo es sombrío. Prueba de ello son los cruceros que propone Disney con salida desde el Puerto Cañaveral y llegada a "Disney World", en Orlando, a 70 kilómetros, una actividad en pleno auge con una explosión de turistas extranjeros en 2010.