El posible tratamiento fue desarrollado a partir de la bacteria Streptomyces hygroscopicus descubierta en la Isla de Pascua.
El MercurioSANTIAGO.- Científicos estadounidenses y colaboradores de la Escuela Médica de Harvard, habrían encontraron un fármaco para reducir el riesgo de rechazo de órganos trasplantados que podría ser la fuente de la eterna juventud, ya que parece revertir los daños causados en el ADN por el envejecimiento.
Según un estudio publicado por la revista Science Translational Medicine, el posible tratamiento se gestó con el uso de la rapamicina, un compuesto desarrollado a partir de la bacteria Streptomyces hygroscopicus descubierta en la Isla de Pascua, Chile.
Los científicos a cargo de este proyecto explicaron que el hallazgo podría ser fundamental principalmente para encontrar un tratamiento efectivo para el síndrome de Hutchinson-Gilford.
El síndorme en cuestión es una forma grave de la progeria, una enfermedad extraña causada por un defecto genético y que se manifiesta con alteraciones de piel y órganos internos debido al envejecimiento brusco y prematuro del organismo.
Sin embargo, este descubrimiento podría impulsar también la fabricación de un "elixir de la juventud", el remedio contra el envejecimiento tan buscado por la ciencia contemporánea.
El doctor Collins, participante de la investigación, estudió el efecto de la rapamicina en las células de la piel de niños que padecen el síndrome de Hutchinson-Gilford, logrando registrar que la aplicación del compuesto suprimió la proteína de las células y que los procesos negativos se revirtieron. Después las células vivieron más tiempo.
Según explicó uno de los coautores del experimento, Dimitri Krainc, se sabe que nuestras células acumulan los productos secundarios de su funcionamiento. Con la edad la capacidad de nuestro cuerpo de librarse de estos deshechos celulares disminuye.
Los científicos piensan que la activación de este mecanismo podría aumentar la duración de las células e incluso de los órganos. Sin embargo, para este fin los científicos todavía tendrán que desarrollar una nueva y más segura forma de rapamicina.